Nos encontramos en una época salvaje, en una en la que la vida de los hombres vale menos que un puñado de dólares y la supervivencia depende de la velocidad con la que desenfundes tu revólver y la sangre fría con la que dispares al hombre que tienes enfrente. La época en la que algunos hombres osados y rebosantes de fe volcaban todas sus esperanzas en encontrar una pepita de oro y otros, los verdaderos nativos del lugar, defendían su territorio con lanzas y flechas. Es el Salvaje Oeste. El de los pioneros y el de los forajidos. El de Buffalo Bill y Billy “el niño”. Es en este marco, único e incomparable, de la historia de los Estados Unidos de América donde hallamos a Chris Adams: un pistolero excelente con un marcado sentido de la justicia. Ahora dispara, una y otra vez, contra los malhechores que entran en bandada en el pueblecito. A su lado su mejor amigo Vin, al igual que los otros cinco hombres que reclutó, hace lo propio. Pese a sus dudas, Adams no se arrepiente de ser uno de los siete pistoleros que están defendiendo ese pueblecito y a sus humildes habitantes de la sanguinaria banda de maleantes que los atemorizaba.
Si el argumento que he relatado en el párrafo anterior os suena de algo es, posiblemente, porque habéis visto Los siete magníficos: uno de los mejores westerns que ha parido la industria cinematográfica. Aunque también pudiera ser que os haya hecho pensar en otra época igual de violenta y en siete guerreros igual de valerosos. Si vuestro instinto os ha guiado hasta Los siete samuráis de Akira Kurosawa sentíos orgullosos. Los siete magníficos dirigida por John Sturges y con un reparto de actores de lujo (con grandísimos como Yul Brynner o Steve McQueen) es la versión yanqui del film de Kurosawa.
Pero Los siete magníficos no es la única cinta que tomó como inspiración la obra maestra de Kurosawa, películas tan dispares como Bichos (sí, la de Pixar) o la saga de Star Wars también le deben mucho a esos ronin que defendieron un pueblecito de agricultores. A esa lista habría que añadir Samurái 7, una serie de animación que se emitió en 2004 para conmemorar los cincuenta años del estreno de la película en la que se basaba. Ahora, y de la mano de Panini Cómics, nos llega la versión manga de dicho anime.
Samurái 7 volumen 2 nos mete directamente en la lucha contra los villanos que tenían amedrentada una pequeña comunidad en el Japón del futuro. Un futuro en el que los humanos colonizaron el sistema solar pero que una guerra universal los devolvió de un plumazo a la época feudal. La diferencia es que ahora robots y humanos deben convivir. La última tecnología y las herramientas arcaicas. Lo moderno y lo tradicional. En este contexto futurista encontramos a Katsuhiro, Shichiroji, Kambei, Kikuchiyo, Heihachi, Kyuzo y Gorobei; siete samuráis que para proteger una aldea deberán primero enseñar a sus aldeanos a protegerse a sí mismos y a defender lo suyo.
Si el primer volumen de Samurái 7 avanzaba de forma sosegada, desgranando la historia poco a poco y poniendo en situación al lector, en este segundo volumen encontraremos una velocidad de narración vertiginosa. Lo que había que contar ya está contado; ha llegado la hora de pasar a la acción (no sin antes tener en cuenta una buena planificación militar), de luchar, de desenvainar espadas, de abatir a mechas de gigantescas dimensiones que portan armas capaces de devastar pueblos enteros; en definitiva: ha llegado la hora de conquistar la libertad.
Si en el anterior volumen ya se intuía que Mizutaka Suho se desenvolvía con mucha soltura en las escenas de acción, en este segundo volumen no deja ningún género de dudas. No son pocas las páginas en las que apenas hay un par de enormes viñetas que muestran frenéticas luchas con espada cargadas de violencia y espectacularidad. Esa lucha final bajo la lluvia es tan bella como brutal. Con todo, a pesar de que en este segundo tomo la acción toma fuertemente las riendas de la narración también hay cabida para momentos emotivos; y no serán pocos. Enfrentarse a la pérdida de los más queridos o el amor, se sumarán a la venganza, la traición y la redención formando parte no solo de la trama principal, sino también de la anterior vida de cada samurái, que será mostrada en pequeños jirones de recuerdos para poner de manifiesto las motivaciones que los han llevado a estar donde están.
Samurái 7 volumen 2 de Akira Kurosawa y Mizutaka Suho es un manga que a pesar de tener acción a raudales no deja de lado esos momentos emotivos que resultan el contrapunto perfecto de una lucha sanguinaria; es además un bello y bonito cuento sobre la amistad y la necesidad de hacer lo correcto. Así de simple.