San Francisco de Asís, de Hermann Hesse
Hay ciertas joyas literarias que dan gusto que sean devueltas a la luz, editadas para que todos podamos recuperarlas. San Francisco de Asís es una de ellas, una obra del escritor Hermann Hesse sobre la vida de este Santo que habitó la tierra entre el siglo XII y XIII. Hesse sentía una fascinación por este personaje y fue objeto de su estudio, al punto que conformó este ensayo sobre su vida, recapitulando su infancia y las principales anécdotas que nos hablan de su personalidad servicial, desinteresada y humilde.
Sin dudas, la figura de San Francisco de Asís resurgió en la opinión pública a partir de que el Papa tomara su nombre y comenzó así la búsqueda por saber más de este Santo del que poco se sabía a pesar de su popularidad y tradición entre los fieles. Hermann Hesse, casi como un visionario, escribió este ensayo en 1904 y se enfocó en la reconstrucción de la vida de San Francisco y de su legado.
No es fácil rearmar la vida de alguien que habitó el mundo en el siglo XIII, los materiales son dispersos y es posible confundir las anécdotas, tergiversar las historias y modificar los hechos. Esto es lo que más me interesó del libro, pues se suele hablar de esta época de manera general (las comunidades, los reinos, las clases sociales), pero poco se suele saber sobre historias personales. Así, resulta interesante conocer cómo era la lógica de la época, además del interés obvio por conocer más al personaje de San Francisco de Asís.
Las anécdotas del Santo parecieran ser de ficción porque el siglo XIII está muy lejos de nuestra realidad. Sin embargo, no deja de ser interesante lo que se comenta. Francisco creció en una familia con un padre comerciante y una posición acomodada, a tal punto que en su juventud disfrutó de distintos placeres, banquetes y viajes con sus amigos, siempre moviéndose en el mismo círculo de influencias y sin mayores preocupaciones.
En un momento de su vida, sintió el llamado de Dios y una vocación interna de la que ya no se pudo despegar. Se desprendió de todos sus bienes – hasta cambió sus ropas con un mendigo – y se dedicó a recorrer lugares llevando la palabra de Dios, sin más intenciones que mantenerse vivo con lo mínimo necesario. De las fiestas y banquetes, a la vida más humilde y sin lujos. Su prédica captó seguidores que se unieron a él en una misión religiosa y consiguieron el visto bueno del Papa, conformando así la congregación.
Hermann Hesse fue un estudioso y admirador de la vida de San Francisco de Asís y eso se nota en las frases, en la redacción, en el tono. Es realmente un hallazgo el haber podido editar este ensayo y que sea de un personaje tan querible y benévolo como este Santo, del que mucho se habla ahora pero que había permanecido dormido durante bastante tiempo. En unas pocas páginas se concentra la vida de un Santo y la admiración de un escritor genial. Ambos personajes destacados para su época.
Georgina Marrapodi