Satán Madrid, de Miguel Ángel Linares
Si no llega a ser porque ojeé en el quiosco las últimas páginas de la revista Scifiworld , en donde se reseñan libros, bandas sonoras y deuvedés, se me habría pasado completamente éste libro, Satán Madrid. En esa breve columna me enteré de que la estatua al Ángel Caído (sita en El Retiro), está colocada justo a 666 metros sobre el nivel del mar o de que de siempre se ha considerado que El Escorial está edificado sobre la puerta del Infierno. Sin pensármelo dos veces, y arriesgando la vida, arranqué la hoja de la revista en los mismísimos morros del quiosquero, quien rió la gracia y aplaudió. (Lo cierto es que le pedí papel y boli y apunté el título, autor y editorial, pero… ¿a que hubiera estado bien la primera opción?). Y es que tras tener noticia de este libro en la revista, hice lo de siempre: buscar algunas reseñas en la red de redes que hablaran bien de él y recomendaran su lectura. Pero no encontraba nada. Supongo que sería por lo reciente de su publicación, pero sólo fui capaz de hallar alguna sinopsis que no hacía sino repetir ligeramente lo que acababa de encontrar en la revista. ¿Cómo podía ser posible? Un libro con semejante sugerente título sin opiniones, comentarios o reseñas… Síntomas claros de que algo va a pasar, -recuerdo que pensé-.
Como lo que me contaban en la contraportada de Satán Madrid me gustaba (siempre-y últimamente mucho más, y espero aclarar algún día los motivos para no quedar con el sambenito de satánico- me han atraído las historias en las que participa directa o indirectamente el diablo como Pactar con el diablo, El corazón del ángel,…o el grandísimo comic spin off de The Sandman, Lucifer ) y con las expectativas muy altas, me bajé del coche en marcha y fui a parar a la librería. Aquí llegaba la primera sorpresa: un libro majo de 383 páginas, (tapa blanda, sí, pero ¡383 páginas!), por doce euros. La editorial Atanor parece ser de reciente creación, y la impresión tiene todo el aspecto de ser digital, pero el precio me pareció (muy) barato para lo que es un libro de tal volumen.
Pero vayamos al grano: no recuerdo dónde vi que clasificaban Satán Madrid como policíaco. No sé cómo encuadrarlo yo, (¿thriller?) pero desde luego policíaco no. La historia tiene varios actores pero el principal es Marcos de Lucas, un periodista y vividor, al que se nos describe en un principio como alguien que cada noche se acuesta con una mujer a la que olvida a la mañana siguiente. Alguien que no tiene relación sentimental ni emocional con nadie y que se ríe del amor. Su compañera de trabajo y antigua amante, María, es enterrada viva en el Palacio de Linares y él ni reacciona. (A veces lo he llegado a comparar con Dexter, el asesino en serie de la HBO, no por que Marcos mate -que no lo hace- sino por lo autista emocional que es). Por si fuera poco, once mujeres, todas llamadas María, han desaparecido en Madrid en vísperas de la visita del Papa a la capital. A todo esto hay que sumar extraños correos electrónicos, llamadas telefónicas desde el Más Allá, y muchas cosas más que escapan a la lógica.
Desde el principio, Marcos andará despistado. ¿Qué le pasa? ¿Por qué le pasa lo que le pasa? ¿Por qué a él? Acabamos perdiendo la cuenta de las veces que se hace éstas preguntas y de las veces que rebobina la espiral de extraños acontecimientos que le suceden en poco tiempo para intentar comprenderlos y poder salir de la pesadilla en la que se ha convertido su vida. Pero no puede hacer nada, salvo dejarse guiar por los acontecimientos, para abandonar una pesadilla y meterse de cabeza en otra aún peor. ¿Cómo luchar contra algo tan “sobrenatural”? Afortunadamente no todo es malo y encuentra en su camino a una mujer con la que vivirá tórridas escenas de sexo. Sexo a cascoporro, sin descanso, explícito, sin tapujos, sexo sucio y a todas horas… Mentira. Esto es, por desgracia, lo único que le falta al libro: sexo. Del resto va sobrado.
Estamos ante una historia trepidante, llena de acción, misterio, incertidumbre y paranormalidades, mezclada con visiones y pasajes oníricos que volverán loco al protagonista y a veces también al lector.
El libro se lee con mucha rapidez y con interés. Está dividido en capítulos cortos –salvo el titulado “Fe”, que se me hizo, la verdad, bastante pesado- muy bien narrados y con el suspense excelentemente dosificado.
Es un libro que, como pasa, cada vez menos desgraciadamente, con algunas películas o series como Origen o Perdidos, se presta a discusión con gente que lo acabe de leer. Por que tiene detalles o cabos sueltos que tal vez no sean tales y que puestos en común con otros lectores puedan aportarse nuevas respuestas o puntos de vista. No quiero decir con esto que el libro tenga un final abierto porque no es así. En sentido estricto está cerrado. Lo que no tengo tan claro es que los hechos que han llevado a ese final tengan del todo una lógica o un porqué dentro del puzzle, y es ahí donde creo que cada uno puede tener su propia interpretación. (En mi opinión hay algunas piezas que no encajan del todo y me chirriían).Por decirlo gráficamente: ¿realmente era necesario que pasara “a”, “b”, “c”,… para llegar al final “y”? Creo que no.
En cualquier caso, que un libro te acompañe y te haga pensar tras acabar su lectura, es algo bueno.
Por último tengo que indicar que he estado tres o cuatro veces en Madrid, pero las descripciones de la vida madrileña a través de los bares y calles que realiza Miguel Ángel Linares son tan detalladas, que pareces caminar con los personajes y tomar copas con ellos.
Y no puedo contar más porque si me embalo cuento todo el libro, y no es plan, ¡compráoslo, hombre!. Por si quedaba alguna duda, he disfrutado mucho con la lectura y, por supuesto, lo recomiendo con fervor religioso.
Qué curiosas son las maneras en que los libros llegan hasta nosotros, no?
La próxima vez te reto a que realices la primera opción, arrancar la página jejejeje y luego nos cuentas… 😀
Un saludo!
No me tientes, no me tientes… jajaja.
Saludos!!