Second coming: hijo unigénito

Reseña del cómic “Second coming: hijo unigénito”, de Mark Russell

second coming hijo unigenito

Desde septiembre de 2021, que es cuando se publicó la reseña, ya casi ni recordaba nada de lo sucedido en el primer número. (Un pequeño recordatorio, bastaría con unas simples líneas al principio, para refrescar la memoria, no estaría nada mal, Planeta, sobre todo después de tanto tiempo). Pero, va, venga, de alguna manera conseguí recuperar los datos precisos para continuar con este segundo tomo.

Un segundo tomo que tiene varias partes muy diferenciadas. Una primera y brevísima que nos cuenta en una analepsis el origen de Sunstar desde que era un bebe de teta hasta que sus padres lo meten en una nave espacial rumbo a ese planeta en el que comen esa rara comida llamada sopa. Un homenaje o un guiño o, lisa y llanamente, un plagio del origen de Superman.

Una segunda ya en la actualidad, que retoma a los personajes en donde los dejamos, con Sunstar esperando a su primer hijo y pensando en los problemas y peligros que esto puede traer para él y su familia, y Jesús pregonando su palabra pateando las calles como en los viejos tiempos y reuniendo a su paso discípulos y discípulas.

La tercera y última parte se dedica a unos ancianos de la residencia en la que está ingresada la abuela de Sunstar, a una pelea con un enemigo íntimo de este, que provocará un cambio en la actitud del héroe, y a enseñarnos un cielo algo distinto a lo que tenemos en mente. Por fin vemos al padre de todos en su esplendor, no tanto como el del tomo primero, pero algo es algo. Un Dios menos en plan Lebowsky, más preocupado por su creación y atormentado porque no le salió muy bien el invento. Nada que ver con el que conocimos, y menos cabronazo, en definitiva.

Este tomo no es tan gamberro como el anterior y tira más de filosofía (¿por qué creo Dios al hombre a su imagen y semejanza?, la verdad, lo que ocurrió tras la muerte de Jesús con esa cosa que se llamó cristianismo, ¿se aburría Dios cuando nos hizo?…)

«Ni siquiera he leído la Biblia. Para serte sincero, parece un libro sobre ganadería escrito por druidas».

En conjunto no está mal, pero me ha pillado con la guardia baja. Esperaba más de lo mismo y parece que, pese al tono general humorístico la serie ha evolucionado un poco y se ha hecho algo más madura (un poco solo, eh).

Tiene algo que no me ha acabado de gustar del todo, y es ese final buenista y la moralina de «vive la vida» porque el cielo es un puto coñazo y el infierno está en una calle de al lado y no se parece en nada al de Volage.

En cuanto al dibujo, decir que cumple a pesar de que hay escenas ambientadas en el año mil y pico que parecen haber sido dibujadas deprisa y que desentonan con el resto.

Pero en resumidas cuentas, es un cómic que sigue la estela de su predecesor y entretiene, que es lo que yo pedía, con menos chispa, sí, pero la tiene.

Veremos qué nivel logra el tercer tomo.

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