Sed

Reseña del libro “Sed”, de Amelie Nothomb

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Creo que Amélie Nothomb debe de tener alguna claúsula fija ya en sus contratos de edición en los que diga que su cara tiene que ser la portada de todos y cada uno de sus libros. Si no, no me explico esa manía por figurar.

Portadas aparte, tampoco sé si he leído algo de la autora desde Estupor y temblores, es posible que sí, pero me apetecía especialmente este Sed. Conocer de primera mano las últimas veinticuatro horas de un hombre llamado Jesucristo contadas en primera persona por la Nothomb era algo que no quería perderme. ¡Blasfemia, blasfemia, oh, al infierno con ella! ¡Callaos, puritanos de mierda, que este libro no es antinada y no va con vosotros! No es un libro religioso, es un libro sobre un tío, sea o no sea el hijo de Dios, que acepta un castigo injusto, no se defiende, está acojonado y las pasa putas, y solo, antes de morir. Y eso, los pensamientos, los recuerdos, las sensaciones, su lógica es lo que va a contarnos durante la noche que pasa en la celda y más tarde llevando la cruz y siendo crucificado.

“Por otro lado, ¿por qué habría de creer que mi suplicio va a expiar nada? La misma idea de una expiación resulta repugnante por su sadismo absurdo.”

En Sed asistimos a una historia que no es sagrada, sino humana. Porque conocemos a un Jesús más humano que espiritual, más cercano a nosotros que al asesino de su padre. Un Jesús que goza con la bebida, la comida, la brisa del viento. Un Jesús al que le encanta dormir, la belleza, encamarse con la Magdalena, un Jesús que ama su cuerpo (de hecho, esta novela es un homenaje al cuerpo humano) y un Jesús que siente miedo ante la inminencia de su muerte, pero no por morir sino más por ser crucificado, la que imagina que es la peor y más humillante de las muertes.

“Comienzan las payasadas. Me ponen una corona de espinas, me la clavan para que mi cráneo sangre. El ridículo no mata, y yo lo lamento.

Me flagelan públicamente. No sé para qué sirve esta escena. Tiene toda la pinta de ser un entrante.”

Jesús hace un repaso a su vida antes de la Pasión y se adelanta al futuro corrigiendo frases que los evangelistas han puesto en su boca y que Él nunca ha dicho. Le sorprende ver cómo en el juicio ante Pilatos es traicionado por todos aquellos a los que ha ayudado mediante sus milagros y le parte el alma ver a su madre viéndole a Él cargar con su cruz.

Sed es también un libro repleto de filosofía. A medida que Jesús va haciendo el recorrido de lo que ha hecho y de lo que ha conocido va soltando perlas sobre el amor, la muerte, la esperanza, la tentación, el miedo, su madre, su novia…

Amélie Nothomb ha escrito una novela corta (123 páginas) en la que se atreve a contar la historia de uno de los personajes más famosos de la Literatura universal despojándole de su divinidad y tornándolo lo más humano que ha podido imaginar.

Y la jugada le ha salido muy bien.

“Es terrible saber de antemano que mi suplicio no sirve para nada.”

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