Reseña del libro “Señoras ilustres que se empotraron hace mucho”, de Cristina Domenech
Escribo hoy, 18 de octubre, esta reseña. Aunque salga publicada más adelante, quedémonos con la fecha. Hoy es el día de las mujeres escritoras y yo no podría estar reseñando un libro mejor. Y es que Señoras ilustres que se empotraron hace mucho es un libro totalmente feminista, repleto de señoras que vivieron sus vidas como les dio la gana, fuera de convencionalismos y de represiones patriarcales. Mujeres artistas, escritoras, reales, terrenales y, sobre todo, mujeres orgullosas de ser mujeres que no tenían miedo a romper los moldes establecidos. Ay, se me pone la piel de gallina, lectores.
A Cristina Domenech, artífice, libre pensadora y autora de este libro la conocí hace ya tiempo en Twitter por sus magníficos hilos de bolleras haciendo cosas de bolleras. Después publicó Señoras que se empotraron hace mucho, libro que reseñé hace un par de años y cuya reseña podéis leer aquí. Me gustó tanto el libro, me reí tantísimo, que aquí esto de nuevo con Cristina Domenech y sus mujeres.
Lo cierto es que hace tiempo que tengo el libro en casa, pero he tenido unos últimos meses algo truculentos y hasta ahora no he podido ponerme con él. En fin, dejemos los dramas aparte y centrémonos en Señoras ilustres que se empotraron hace mucho.
Cristina Domenech vuelve a ofrecernos lo que su público estaba esperando, pero centrándose más en señoras ilustres. ¿Qué quiere decir eso? Pues que en este libro vamos a encontrar de nuevo a mujeres peleonas e indomables, pero con un carácter más distinguido y universal. Mujeres como la reina Ana de Inglaterra, Anne Lister, sor Juana Inés de la Cruz, Natalie Clifford Barney, Virginia Woolf, Vita Sackville-West, Tamara de Lempicka o Greta Garbo se pasean entre las páginas de Señoras ilustres que se empotraron hace mucho para recordarnos quiénes fueron y a qué no le temieron.
Lo cierto es que Cristina Domenech tiene un don para contar historias. Su sentido del humor, su ironía, su forma de hilar y de maravillarnos, consigue, de nuevo, atrapar al lector entre las páginas de este libro. No sé si son cosas mías, pero recuerdo haberme reído bastante más con Señoras que se empotraron hace mucho que con este. He echado en falta ese humor tan característico suyo, sin tapujos, directo y muy muy irónico que hizo que me enamorara del anterior libro. Sigue estando presente aquí, por supuesto, pero quizás en una versión más light. O al menos eso me parece a mí.
Cada relato de estas doce señoras ilustres que aparecen en el libro viene acompañado por las ilustraciones de Medusa Dollmaker. Sin duda, un complemento genial para las historias de Cristina Domenech y sus señoras.
Si disfrutasteis tanto como yo con las anteriores historias de Cristina y sus señoras, no podéis perderos este nuevo libro. Señoras ilustres que se empotraron hace mucho es, como siempre, una gozada. Volver a estas señoras, a sus moviditas, sus empotramientos y sus desinhibiciones es un auténtico placer. Que no se acaben nunca las historias de señoras, please. Cómo las necesitamos.