Ray Bradbury me hubiera caído bien, lo sé. Porque es el autor de Fahrenheit 451, uno de mis libros favoritos, y me hubiese encantado charlar con él para escuchar las reflexiones que le llevaron a escribir su gran obra. Pero sobre todo porque cuando leí Escritores de cine, de José María Aresté, en el que se hablaba de la vida de varios escritores que trabajaron como guionistas de Hollywood, fueron las anécdotas de Ray Bradbury las que más me impresionaron. Era evidente que fue un buen hombre y con una sensibilidad muy especial.
Imagino que no soy la única que siente esta simpatía hacia Ray Bradbury. Seguro que la comparto con los todos los lectores que alguna vez se han acercado a sus obras y con esos escritores que están fuertemente influenciados por ellas. Shadow Show. Cuentos en homenaje a Ray Bradbury es una muestra de ese cariño e influencia.
La edición original de Shadow Show se publicó en 2012 (por desgracia, justo un mes después de que Ray Bradbury falleciera), y desde entonces se ha traducido a varios idiomas. Pero hasta ahora no se había publicado la edición española, y ha sido posible gracias a la editorial Kelonia y a los mecenas que colaboraron con ellos en el proyecto.
En este libro se recopilan los relatos de veintiocho escritores: Neil Gaiman, Margaret Atwood, Jay Bonansinga, Sam Weller, David Morrell, Thomas F. Monteleone, Lee Martin, Joe Hill, Dan Chaon, John McNally, Joe Meno, Robert McCammon, Ramsey Campbell, Mort Castle, Alice Hoffman, John Maclay, Jacquelyn Mitchard, Gary Braunbeck, Bonnie Jo Campbel, Audrey Niffenegger, Charles Yu, Julia Keller, Dave Eggers, Bayo Ojikutu, Kelly Link y Harlan Ellison. Un plantel de lujo que rinde homenaje al maestro Ray Bradbury a través de historias que, de una forma u otra, están inspiradas en su obra. Y como no podía ser de otra manera, estas van desde la fantasía hasta el terror, pasando por la ciencia ficción, el realismo puro y el realismo mágico. Entre mis favoritas: «El hombre que olvidó a Ray Bradbury», de Neil Gaiman; «Junto a las aguas plateadas del lago Champlain», de Joe Hill; «La chica del velatorio», de Sam Weller; «Los acompañantes», de David Morrell; «La llamada telefónica», de John McNally; «Los niños de la máquina para dormir», de Robert McCammon; «Luz», de Mort Castle y «Tierra (una tienda de regalos)», de Charles Yu. Y paro, que parece que vaya a poner el listado completo.
Pero, para mí, el gran valor de este libro no reside en esos relatos, por buenos que sean, sino en las explicaciones que los autores dan sobre ellos. Comentan en qué obra de Bradbury se inspiraron (cuando es el caso de una en concreto), pero sobre todo lo que supuso este escritor en sus vidas. Algunos, incluso, relatan cómo se atrevieron a escribirle una carta cuando eran tan solo unos niños, para confesarle las inquietudes literarias que habían nacido en ellos al leer sus cuentos. Y el bueno de Bradbury ¡les contestó!, animándolos a escribir y haciendo críticas a sus primeras historias. De ese intercambio surgieron amistades que duraron años.
Así que después de leer Shadow Show, todavía estoy más convencida de que Ray Bradbury fue un hombre genial y que sin él la literatura de hoy en día no sería la misma. Pero no solo porque abriera caminos y difuminara límites entre géneros, sino porque más de un lector curioso se convirtió en un escritor gracias a su apoyo. Una razón más para considerar a Ray Bradbury un autor único e irrepetible. Homenajeémosle leyendo Shadow Show y todo el legado literario que nos dejó, porque pocos hay que se lo merezcan más que él.
Thank you for your sensitive and thoughtful review. You fully understand what we wanted to do in SHADOW SHOW and we’re pleased that you feel we did it: we put together a love letter to Ray!
Mort Castle and Sam Weller
Thank you very much for this book!