Todo buen holmesiano sabe que Sherlock Holmes es un detective de lo más singular, sigue cualquier pista hasta dar en el clavo. Sherlock Holmes, es el único y genial. Sherlock Holmes, como él no hay otro igual ¿Ya estás cantando? ¡Te pillé! Sí, esa fue mi primera toma de contacto con el detective consultor. Una serie de dibujos animados, coproducida por Japón e Italia y con el gran Hayao Miyazaki de por medio, en la que los personajes que Conan Doyle imaginó eran animales de aspecto antropomórfico. Los casos tratados en la serie se basaban muy vagamente en la obra de Doyle, por no hablar además de todos aquellos medios de transporte anacrónicos, que poblaban las calles de una Londres victoriana y que parecían sacados directamente de las novelas de Julio Verne.
Visto ahora en retrospectiva, conociendo más profundamente al personaje, al autor y a su obra, podría afirmarse que aquella serie de dibujos se pasaba bastante por el forro las normas, no escritas pero implícitas, a la hora de contar algo sobre el detective con sede en el 221B de Baker Street. Puede que el anime de Sherlock Holmes no hiciera honor al canon holmesiano que Conan Doyle confeccionó a lo largo de 40 años, dando como fruto cuatro novelas, 56 relatos y una cantidad incalculable de fans; pero sí consiguió que a una generación de chavalines se nos abriera el apetito de casos más complicados, de misterios en apariencia irresolubles, de personajes menos caninos pero con los mismos instintos de caza, asimismo igual de carismáticos; en definitiva, ganas de buscar los orígenes de aquellos personajes perrunos. Ganas de Sherlock Holmes.
Sergio Colomino y Jordi Palomé también se nutrieron de esa serie; por lo menos así afirma uno de ellos. Y ahora, guionista y dibujante respectivamente, son los que nutren con historias del detective a una nueva (y a la veterana también) generación. Su primera obra, de título Sherlock Holmes y la conspiración de Barcelona, consiguió que aprobaran cum laude ante una de las instituciones más rigurosas de la literatura: los fans de Sherlock Holmes. Si no que se lo digan a Doyle, que tras matar a su personaje, y ante las presiones ejercidas por los fans (entre los que se encontraba la casa real o su propia madre) se vio en la obligación de resucitarlo. Es que lo que no consiga una madre… Pero hasta que Sherlock no reapareciera vivito y coleando en el caso de La casa vacía pasarían tres años ficticios. Ese periodo de tiempo sería popularmente conocido como El Gran Hiato.
Es durante ese hiato que, de la mano de Sergio Colomino y Jordi Palomé, Sherlock visitaría Barcelona, desentrañando una conspiración perpetrada por el Coronel: un criminal implacable experto en organizar complots de gran envergadura. Pero sus caminos no eran la primera vez que se cruzaban, pues tiempo atrás, en una Rusia decadente que mantenía una tensa relación de tiras y aflojas con Inglaterra, sus destinos ya habían colisionado. Un villano que, por dinero, está dispuesto a todo contra un detective que, tras ser dado por muerto, se convierte en agente secreto. Comienza el juego en Sherlock Holmes y el legado de Moriarty.
Algo que me gustó mucho de Sherlock Holmes y la conspiración de Barcelona fue la capacidad que tuvo Sergio Colomino para introducir una aventura del detective en la Ciudad Condal, sin que nada chirriara y sin que por ello tuviera que alterar el contexto histórico. Ficción histórica de primera calidad. Con este nuevo cómic logra lo mismo. Transporta al lector a esa Rusia que le quedaban pocos años de zarismo y muchos de cambios duros y forzosos. Una Rusia impecablemente dibujada por Jordi Palomé, el cual ya nos deleitó la vista con una Barcelona gótica, oscura, de sombras pronunciadas y claroscuros, y que ahora nos muestra la grandeza arquitectónica rusa a través de sus calles, de palacios como el de Moika o con lugares emblemáticos como la Plaza Roja. De hecho llega a representar tan bien todos esos lugares que, en algunas ocasiones, los escenarios le roban protagonismo a Sherlock Holmes o a Irene Adler. Sí, la mismísima Irene Adler. ¿Es que acaso hay otra? La Mujer. Ella fue la única persona que logró vencer a Sherlock Holmes y ahora será su consorte de aventuras.
Irene Adler no será la única que se una al detective. El Coronel o Mijail Strogov (antiguamente “correo del Zar” y ahora revolucionario), serán algunos de los personajes en los que se irá centrando el foco de la acción para que poco a poco, como si de una matrioska que va mostrando sus muñequitas ocultas se tratase, el caso se resuelva. Y es que la aventura de Sherlock por tierras rusas resulta ser de narración mucho más compleja (más dura de leer) que la que acaeció en Barcelona; no en vano también lo es el contexto histórico. Por ello es una de esas obras que con una segunda lectura se captan al completo los intríngulis de la historia. Pues hay tramas que se entrecruzan, historias inconclusas (que Sergio Colomino cerrará con una novela titulada Sherlock Holmes y el enigma de las muñecas rusas) y un epílogo abierto que podría (ojalá) servir de inicio de una tercera obra.
Pero mientras esa tercera obra llega, leed Sherlock Holmes y el legado de Moriarty pues es un cómic altamente cuidadoso con el canon holmesiano, algo que no le impide aportar su dosis de originalidad y gozar de su propio carácter. Marca de la casa; marca Colomino-Palomé. El cómic rinde además un solemne homenaje a la literatura y a la música, y nos muestra (¡por fin!) qué pasó entre Irene y Sherlock tras su encuentro en Escandalo en Bohemia. Todo ello en un tomo editado por Norma Editorial al cual no se le puede sacar ningún pero.
Soy súper fan, así que ¡ A la saca!
Un beso.
¡Hola Yolanda!
Bien dicho, no te lo puedes perder.
Y si luego quieres comentarlo, serás bienvenida.
Saludos desde el 221B de Baker Street 🙂
Me falta leer el primer tomo y este segundo me gusto mucho, pero hay cosas que si no conoces al personaje, entender en que momento se encuentra es dificil. Besos
¡Hola María!
Sí, como tú bien dices, es evidente que alguien que no haya leído nada sobre Sherlock Holmes (algo que debería estar penado con cárcel), se sentirá algo perdido con alguna escena. Aún así, es posible que lectores que no hubieran leído nada sobre el detective, tras leer estos cómic y picarles el gusanillo, ahora estén enfrascados en alguna de las aventuras que escribió Doyle.
¡Saludos!
Hola, José María!:
Soy Sergio Colomino, el guionista de “Sherlock Holmes y el legado de Moriarty”. Muchas gracias por tu reseña, me alegro de que el libro te haya gustado, así como el anterior. Espero que en el futuro podamos publicar una continuación, que retome la historia en el punto que lo este segundo volumen. Un saludo.
¡Hola Sergio!
Un placer, y un honor, que te pases por aquí a “visitarnos”.
Si en el futuro publicáis algo más (sea cómic o novela), aquí estaré, preparado para devorar la historia.
Saludos.