Preferimos una buena historia a una buena descripción de la realidad, eso es así, aunque no siempre lo reconozcamos. Y más en estos tiempos. ¿O acaso tú nunca has caído en los clickbaits que abundan en periódicos digitales y en las redes sociales? Cuanto más emotivos o dramáticos son, más pican nuestra curiosidad. No siempre nos los creemos, claro, pero la atracción está ahí, esas historias nos enganchan. ¿Por qué? Porque somos seres narrativos por naturaleza. Es más, deberíamos llamarnos homo narrator. O, al menos, eso es lo que defiende Óscar Vilarroya en Somos lo que nos contamos.
En este libro, Óscar Vilarroya, investigador y profesor de Neurociencia en la Universidad Autónoma de Barcelona, sintetiza estudios científicos de los últimos cincuenta años para analizar cómo, a través de los relatos, los seres humanos organizamos nuestros pensamientos y, por tanto, construimos la realidad.
Para hacernos comprender cómo esta habilidad ha sido crucial en nuestra evolución, nos recrea cómo pudo ser aquella primera vez en la que un homo sapiens se preguntó «¿por qué ha pasado esto?». Fue el nacimiento del relato primordial, y ni siquiera existían las palabras. A partir de entonces, se volvió cada vez más complejo y se transformó en las mil variantes que inundan nuestra vida.
La ficción no solo está en los libros que leemos, en las películas que vemos o en los videojuegos que jugamos, los seres humanos inventamos relatos para todo y a todas horas. Es nuestra manera de darle sentido a nuestro pasado, presente y futuro. Y creemos que somos seres racionales, que solemos seguir la lógica a la hora de tomar decisiones, pero Óscar Vilarroya, en Somos lo que nos contamos, nos demuestra el desajuste que hay entre lo que nos relatamos, a nosotros mismos y a los demás, y lo que realmente ocurre. Para ello, nos recuerda casos que tuvieron consecuencias fatales: el juicio a las brujas de Salem, los documentos que aseguraban que había armas de destrucción masiva en Irak o la secta de La Puerta del Cielo, que provocó un suicidio colectivo.
Pero no se limita a casos del pasado o de las noticias, sino que se adentra en el terreno que nos afecta a todos: el mundo digital. Muchas veces, damos por hecho que lo que dice Google es verdad y en las redes sociales nos volvemos especialmente crédulos y extremos. Por eso nos bombardean con fake news, historias verosímiles carentes de veracidad, para manipularnos. Y, encima, ayudamos a que se sigan difundiendo, sin reparar en las consecuencias de esa desinformación. Somos lo que nos contamos nos hace tomar consciencia de este punto débil de nuestra naturaleza narrativa y nos aporta estrategias para ponerle remedio.
Como bien señala Óscar Vilarroya, la desinformación es mucho más peligrosa que la ignorancia. Nunca hemos tenido acceso a tanta información como ahora, así que es momento de que aprendamos a cribar. Y te aseguro que leer Somos lo que nos contamos es un buen primer paso para conseguirlo. Una lectura necesaria para fortalecer nuestro espíritu crítico.
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