Reseña del libro “Soy el gato de una bruja”, de Harriet Muncaster
La relación entre mamá y bebé es muy importante. Os lo digo yo que tengo una niña de casi tres años. Y cuando el bebé va creciendo esa relación se fortalece, se afianza, se establecen vínculos muy fuertes para toda la vida.
Aun así, es muy necesario que, según el niño o la niña vaya creciendo, tanto mamá como peque compartan tiempo juntos pero que también tengan su espacio personal por separado.
Os cuento todo esto porque el libro del que hoy vengo a hablar refleja muy bien estos conceptos y se los acerca a los más pequeños para que puedan entender que mamá es lo más importante del mundo, sí, y mola mucho aprender de ella y estar con ella llevando a cabo muchas tareas juntos, pero también mamá necesita desaparecer de vez en cuando montada en su escoba de bruja y vivir mil aventuras mientras los renacuajos duermen o pasan tiempo con otras personas.
Soy el gato de una bruja, de Harriet Muncaster —autora de la famosa y divertida serie de libros Isadora Moon— nos regala el día a día entre una madre y su pequeña dándole un toque especial a la historia, como siempre acostumbra, convirtiéndolas en bruja y gato, respectivamente.
De forma sencilla y con un texto claro y directo para los más pequeños de la casa, este libro nos cuenta el punto de vista de la pequeña gatita negra —que en realidad es una niña— sobre su vida diaria, sobre lo que hace junto a su mamá, cómo la cuida, cómo la mima y cómo hacen actividades juntas cada día.
La gatita nos lo explica todo desde una perspectiva fantasiosa comprendiendo el mundo desde su mente infantil y viendo a su madre como una bruja que tiene pociones que en realidad son botes de comida. Para nuestra pequeña gata todo es magia y su madre es una bruja buena con poderes que pueden curarla si se hace una herida o se encuentra mal.
¿No es maravillosa la imaginación de los niños? Creo que es fantástico el hecho de que Harriet Muncaster haya querido ofrecernos esta bonita historia, este diario infantil tan original y tan necesario para compartirlo entre madres e hijos.
Y lo mejor de todo es el mensaje tan hermoso que nos queda al terminar el libro. Esa relación tan bonita entre una madre y su pequeño niño, cómo disfrutan y aprenden el uno del otro, y cómo al final, en las últimas páginas, la pequeña gata comprende que mamá no es solo su bruja, sino que también debe cumplir otras misiones fuera de casa, y cuando vuelva de nuevo jugarán juntas.
Por último, no puedo olvidarme de las ilustraciones, las más originales que he encontrado en un libro. Tened claro que a vuestros hijos, sobrinos o alumnos les van a encantar. Y es que para hacer estas ilustraciones, la artista ha utilizado telas, acuarelas, pluma y tinta junto con diferentes materiales para crear imágenes planas y escenas tridimensionales.
¿Qué? ¿Cómo os quedáis? Increíble, ¿verdad? Pues ya estáis tardando en haceros con un ejemplar de Soy el gato de una bruja, un libro para disfrutar en casa o en la escuela y para que mayores y pequeños alucinen con este baño visual de colores y materiales dentro de una historia tan bella como la vida misma entre mamá y bebé, bruja y gato.
Lo lei hace algunas semanas y me gustó tanto por las ilustraciones como por el mensaje que transmite.
Saludos