Standards, de Germán Sierra

Podría leerse Standards como una colección de piezas sueltas ya que cada una de las piezas que componen la obra son textos tan cuidados y de tanta calidad que bien pudieran tener entidad propia, sin embargo es Standards una de esas obras en las que hay tanta trama en la estructura como en el argumento, una de esas obras en las que uno disfruta leyendo mientras que ante sus ojos se va formando una realidad tan brillantemente construida que difícilmente se intuye hasta que se ve nacer, una de esas obras que regalan el privilegio de asistir a ese mágico momento en que las cosas cobran sentido, se engranan a la perfección y cada virtuoso solista complementa al resto para formar una orquesta en la que cada uno brilla por sí mismo del mismo modo que lo hace en conjunto.

Ha querido Germán Sierra dotar a esta novela de una cierta sensibilidad musical, jazzística, de ese modo que está tan presente en el género negro estadounidense, ése que tan bien parece cultivarse en la Galicia natal del autor y de Alvite, otro gallego en cuya literatura se ve el humo del garito en el que suena el jazz mientras se susurran historias que difícilmente se pueden contar en voz alta, aunque no sea Standards una novela exclusivamente negra ni estadounidense. Diría que es en realidad una reflexión sobre la imagen, sobre los efectos del culto que se le rinde en las sociedades occidentales, de éste como síntoma y de la imagen como arma, que también lo es.

Asiste el lector anonadado a la descripción de modas aberrantes de las que no tenía noticia y que pese a resultar increíbles, se cree y a situaciones descabelladas que no le cuesta ningún trabajo asumir como probables. Seguramente porque lo sean. Cirugía estética, guerra fría, conquista del espacio, asesinato, prejuicios de clase, relaciones paternofiliales tortuosas, asesinatos… Historias que se van entrecruzando, personajes dibujados con lo esencial y ritmo narrativo como para no despegar los ojos de las páginas. Referencias históricas y citas que no sólo nutren la obra, sino que invitan a la reflexión. Música, imagen e identidad para construir una novela no al uso, pero ejemplar.

Resulta asombroso lo mucho que abarca el texto de Germán Sierra en su escasa extensión, no sé si existe alguna relación entre la formación científica del autor, catedrático de bioquímica y biología molecular, y la capacidad analítica de la que hace gala en este texto. Son muchas las características que debe reunir un científico y la curiosidad es sin duda una de ellas y cuando se tiene esa capacidad de mirar a la realidad con los ojos abiertos y se une a un notable talento literario, el resultado lógico, que no previsible, es este Standards.

Andrés Barrero
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