Aún me sigue sorprendiendo la fascinación que genera Japón en muchísima gente, entre las que me encuentro. Tras dedicarle más de ocho años estudiando su idioma y sus costumbres sigo sin explicarme el embrujo y el respeto con el que miramos un país que a priori es radicalmente opuesto a nosotros. Consumo su cultura, me interesan sus cambios socioeconómicos, memorizo sus épocas históricas y lidio día a día con su enrevesada forma de comunicarse entre ellos. No es fácil entender todo lo que sucede en un país caracterizado durante años por su naturaleza hermética. Sin embargo, Japón sabe apreciar la paciencia y el respeto que se le deposita y poco a poco se va abriendo, dejando ver un sinfín de nuevos matices que vuelven a complicarlo todo. Siempre acabo descubriendo con cada avance cuán poco sé de lo que se supone que debería conocer sobre la cultura y la idiosincrasia japonesa. No por ello cejo en el intento de comprender qué se cuece detrás de todas esas paredes de papel que se vuelven infranqueables ante la mirada del extranjero. Cada nuevo libro que sale al mercado supone un paso más en esa aventura que es comprender una sociedad que no es la tuya. Y creo que con Sugoi. Japonés para viajeros he conseguido muchísimo. Esta guía ilustrada sobre el idioma japonés es una de las apuestas editoriales más ambiciosas sobre Japón que recuerdo de los últimos años. Es exhaustiva, es enriquecedora y acaba enseñando mucho más de lo que cabría esperar. Nociones lingüísticas, códigos de comportamiento, filosofía, salvavidas para futuros viajeros y un apartado visual que encandila desde la primera página. Una maravilla para japonófilos tanto si ya tienes nociones previas como si quieres iniciarte en este fascinante idioma.
Antes de meterme de lleno en el libro en sí, quiero explicar un poco quiénes están detrás de este proyecto. Los nombres de Takeshi Hirano y Espai Wabi-Sabi deberían avalar la calidad de esta guía sin tener que decir mucho más sobre ella. Fundada en 2014 por el propio Hirano y Neus Torres, Espai Wabi-Sabi es una escuela japonesa ubicada en Barcelona cuya excelente reputación ha hecho que sea una de las primeras opciones para aprender japonés en la Ciudad Condal. Con una presencia muy fuerte en redes y una imagen de marca única, han conseguido hacerse un hueco en un mercado cada vez más competitivo. Pero no puedo hablar de su imagen sin hablar de Ruth Martínez, cuya participación en Sugoi es inestimable. Es ella la encargada de todo el apartado gráfico. Sus diseños tienen un carácter kawaii muy acorde con el tono didáctico del libro y durante más de 300 páginas muestra su versatilidad y talento para darle forma no sólo a objetos cotidianos del folclore japonés, sino que se encarga de ilustrar ideas y pensamientos cuya naturaleza intangible presupone un reto aún mayor. En resumidas cuentas, aunar en este libro la experiencia de Hirano enseñando el idioma y la versatilidad de Ruth Martínez para convertir todo el proyecto en algo tan atractivo, es un acierto y una simbiosis perfecta entre fondo y forma.
Y ahora llega la pregunta del millón. ¿Qué podemos encontrar entre las páginas de esta guía? Decir de todo un poco es hacerle un flaco favor, porque lo cierto es que hay de todo pero mucho. Y quizás sea ahí donde este libro se desmarca de otros diccionarios ilustrados. Es tal la cantidad de contenido que ofrece en cada apartado que rara vez pasaremos sólo de puntillas por un tema en concreto. Estructurada en seis partes y un apéndice final de carácter onomástico, esta guía recorre todos aquellos aspectos vitales que un viajero podría necesitar para desenvolverse en Japón, desde cómo pedir ayudar buscando una dirección hasta cómo explicarle a un médico una dolencia. Entre un apartado y otro, una cantidad ingente de situaciones. Nos enseñan a saber qué y cómo pedir en un restaurante, nos ilustran en el bendito y complicado arte de ponerse un kimono, nos hablan de cómo reconocer y cómo comportarse en los diferentes santuarios religiosos que acampan a lo largo de todo el territorio nipón. Quiero hacer hincapié en ese factor comportamental que me parece un regalo para los no iniciados en la compleja red de matices del aspecto social japonés. Qué puedes hacer y qué no en determinados contextos te ahorrará más de un momento incómodo en el que nuestra lógica y razonamiento no se aplican del mismo modo una vez estás en Japón. Aquello que puede resultar maleducado a veces no es más que un desconocimiento de estas reglas que Sugoi hace bien en explicar. Todo el texto está salpicado de notas que ahondan en curiosidades y puntos de interés que acaban dándole el toque final a explicaciones ya de por sí enriquecedoras.
Ya lo decía al principio, llevo estudiando japonés desde hace años y consumiendo cultura japonesa desde que tengo uso de razón. He visto y leído multitud de libros que ahondaban en ambos aspectos. Y he de decir que pocos pueden iniciarte en el idioma y la cultura como esta guía ilustrada que Satori ha preparado junto a Espai Wabi-Sabi. Funciona como libro de consulta. Funciona como lectura sobre el país. Ilustra en más de un sentido toda la riqueza que Japón guarda dentro y no se detiene en la superficie. Sin duda, espero que esta guía funcione muy bien porque cuando acabé su lectura, me di cuenta de que quería más. Y quizás sea eso lo mejor que se pueda decir de un libro.