Reseña del libro “Suisen, el gato de Gorô”, de Aki Shimazaki
Shimazaki es una autora que tiene la habilidad de hacernos adorar o estar a disgusto con un personaje usando, únicamente, una cosa: magia. Sí, es así de sencillo, porque si ya con la primera y segunda parte de la saga La sombra del cardo nos hizo quedarnos prendados de Mitsuo y Mitsuko respectivamente, aquí será Gorô quien nos atrape. Sin magia no puedo explicar nada de esto.
Suisen, el gato de Gorô es una novela sencilla, de pocas páginas, que crea adicción. A su protagonista lo conocimos en la primera parte, Azami, cuando se encuentra con Mitsuo y lo lleva a un bar de alterne donde trabaja Mitsuko, los tres fueron juntos al mismo instituto, pero la alegría del reencuentro no está presente en la misma proporción.
Gorô es el presidente de la empresa de licor que fundó su abuelo y está orgulloso de la vida que lleva. Tiene a la mujer perfecta para él, es decir, sumisa, callada y que no protesta por sus continuadas salidas y fiestas con los clientes. Tiene dos amantes, se vanagloria de que siempre ha sido así, él las necesita de dos en dos, si no, no disfruta de la vida. Tiene una hija que estudia música y a la que pronto le elegirá marido y un hijo en el instituto que espera que lo suceda en el cargo de presidente. Y tiene las paredes de su despacho llenas de fotografías con gente famosa, rica y poderosa.
La vida es simplemente perfecta.
Suisen, el gato de Gorô es una lectura maravillosa, empiezas con un sentimiento de repulsa hacia su protagonista y poco a poco, sin darte cuenta, Shimazaki consigue que lo veas con otros ojos. Pero no es porque nos haga aceptar su condición de mujeriego/misógino como algo bueno o aceptable, sino que, al mismo que tiempo que Gorô madura, lo hacemos nosotros con él.
“Eres un Niño herido”, le dice una de sus amantes; pero él no entiende el sentido de la frase hasta que ya es casi, demasiado tarde.
Cuando el universo se conjura en tu contra, todo viene a la vez (lo bueno, lo malo y lo peor), y eso es lo que ocurre en Suisen, el gato de Gorô, que de pronto, todo se va al garete, todo empieza a ir mal y habrá que tomar decisiones.
Ya me ocurrió con “Azami, el club de Mitsuko” y “Hôzuki, la librería de Mitsuko”, primera y segunda parte respectivamente de “La sombra del cardo”, tienen un halo misterioso que no te deja ir. En pocas páginas ya conoces a los personajes, ya los sientes reales y tras terminar de conocer su historia, necesitas conocer más. Y en Suisen, el gato de Gorô sucede igual.
Las tres historias están enlazadas. La primera se centra en la vida de Mitsuo, y mientras lo conocemos a él haremos lo propio con Mitsuko (Gorô aquí es sólo un elemento de unión) y la historia nos habla de los amores de juventud y de los matrimonios que ya no funcionan, pero a los que nos aferramos por necesidad. La segunda se centra en Mitsuko, su vida tras los acontecimientos junto a Mitsuo que resulta ser una maravillosa historia que habla de la maternidad desde una perspectiva realista y respetuosa.
Y ahora llega Suisen, el gato de Gorô y nos devuelve a un personaje que siempre fue desagradable, para hacernos mirar la vida desde el otro lado del espejo.
¿Y el gato del título? Será lo que te estarás preguntando… durante toda la novela vemos a Gorô cruzarse con un felino, vagabundo, negro como el tizón, que se empeña en entrar en su jardín…y hasta aquí puedo leer… tendrás que adentrarte Suisen, el gato de Gorô para saber por qué merece aparecer ahí.
Estoy deseando que Nórdica Libros edite la cuarte y quinta entrega de esta saga que nos lleva de viaje al país nipon y que nos permite conocer mejor sus costumbres y su cultura. Maravillosa.