El tiempo es imparcial, a todos nos acaba atrapando. Una carrera inalterable y que tarde o temprano, y hasta que la ciencia no pueda evitarlo, siempre acabamos perdiendo. La inmortalidad, a día de hoy, está solo al alcance de aquellos que se han ganado unas líneas en la historia de la humanidad o de esos otros que forman parte de mitos y leyendas. Superman y Batman forman parte del segundo grupo. El superviviente de Krypton hizo su primera aparición en el Action Comics nº 1 de 1938, el justiciero de Gotham lo haría al año siguiente en el Detective Comics nº 27. Coge un cómic de antaño, compara con alguno de ahora. Ambos superhéroes han cambiado un poco su traje de faena y lucen un rostro y un cuerpo más detallado, pero difícilmente les verás una cana o patas de gallo. Inmunes al paso del tiempo. Algo de lo que no gozamos los lectores que venimos siguiendo sus aventuras desde que éramos unos chavales. Y entonces el guionista y dibujante John Byrne vino para poner un poco de justicia en todo este asunto.
La premisa de Superman y Batman: Generaciones parte de una pregunta, una pregunta muy humana: ¿y si los personajes de las viñetas envejecieran al mismo ritmo que sus lectores? Esto supondría que tanto Superman como Batman ahora mismo serían un par de vejestorios que probablemente estarían más dedicados a viajar con el Imserso que a batallar contra el crimen. Así que con esta idea tan curiosa Byrne empieza allí donde comenzó todo: en 1939. En ese año Superman y Batman cruzarán sus caminos por primera vez para evitar que Ultra-Humanita ponga patas arriba la Exposición Universal de Metropolis. Byrne pone especial mimo en mostrarnos una historia sencilla, incluso naíf, muy al estilo de lo que se hacía en la época, ciñéndose incluso a las peculiaridades del dibujo de aquel momento pero sin perder la personalidad que él sabe insuflar. Así pues, empezamos con el Batman que portaba unas largas orejas puntiagudas y el Superman que por entonces en vez de volar pegaba gigantescos saltos y, de diez años en diez años, nos llegaremos a plantar en un futuro muy distante. Por el camino toparemos con los oscuros años ochenta. Historias más solemnes, personajes más taciturnos y sombríos y una pelea entre Superman y Batman que nos retrotrae al Caballero Oscuro que engendró Frank Miller. Y mientras los años pasan, los dos héroes se hacen mayores, peinan canas y observan arrugas cuando se hallan ante un espejo. A grandes rasgos esto es lo que recoge el primer arco argumental del cómic, una miniserie de cuatro números que tras su éxito daría dos arcos más.
Si al principio Byrne se lanza a explorar las vidas de Superman y Batman, en el segundo arco argumental empieza a añadir más personajes del star system de DC. El año es 1942, en plena Segunda Guerra Mundial. Si La Sociedad de la Justicia Americana se conformó en el invierno de 1940 es totalmente razonable tener a este grupo de superhéroes luchando contra los nazis. Un toque de steampunk y unas luchas que quitan el hipo son el perfecto punto de partida para contar esas historias que se quedaron en el tintero en la primera miniserie de Generaciones. Pero aunque las batallas y las aventuras marcan el ritmo y el tono del cómic, lo verdaderamente interesante es asistir al nacimiento y caída de algunos personajes, a cómo crean una familia y de qué forma se enfrentan a la muerte de algunos seres queridos. El ejemplo más claro está en los esfuerzos titánicos que hace Superman por buscar una cura contra el cáncer y así evitar que un ser querido caiga en las garras de la muerte.
Llegados al tercer arco argumental, que consta de doce números, descubrimos que Byrne se las ha ingeniado para que la esencia de Batman y Superman sobreviva a toda costa. El uso de artilugios que ya hemos visto en otras ocasiones o la herencia de poderes resultan vitales para llevar a buen término dicha supervivencia sin perder ni un ápice de coherencia. Aquí ya podemos hablar claramente de un largo linaje de superhéroes que fluye a lo largo de los siglos. A estas alturas, a la pareja de héroes se les ha unido otro buen puñado de justicieros: Wonder Woman, Green Lantern, Robin, Flash, Cíborg, Deadman, Saturn Girl y un largo etcétera. Y si lidiar con el Joker (en su juventud y pleno apogeo hasta el crepúsculo de sus días) o con Lex Luthor les había puesto en más de una ocasión contra las cuerdas, ahora que ante ellos se abre por primera vez El Cuarto Mundo que creó Jack Kirby, y que eso implica enfrentarse a Darkseid, descubrirán qué es estar en verdaderos aprietos. El DC más cósmico entra en escena. Viajes en el tiempo y paradojas que nos hacen saltar de siglo en siglo. Las referencias a libros como La máquina del tiempo de H.G. Wells o a películas como Regreso al Futuro 3 acompañan a una historia de batallas estelares donde John Byrne se muestra inmenso a la hora de dibujar pero algo espeso a la hora de rematar la historia.
Superman y Batman: Generaciones nos llega gracias a ECC en su versión integral. De esta forma, en un solo volumen, podemos disfrutar al completo del cómic perteneciente a la colección Otros Mundos en el que drama y aventuras confluyen alrededor de superhéroes y villanos que se muestran vulnerables al irremediable paso del tiempo.