En Tamara de Lempicka, Virginie Greiner y Daphné Collignon nos harán viajar al París de 1922. Al mismo París de Jean Cocteau o Colette, al París de la sensualidad, libertad, locura, de los artistas desatados, de los cafés y cabarets, del amor clandestino. Pero especialmente es el París de la pintora checa Tamara de Lempicka. En este cómic, mediante el guión de Greiner y las ilustraciones de Collignon, se nos mostrará ligeramente el ambiente reinante en el París de los locos años 20.
Decidí lanzarme a leer este cómic por dos motivos: el primero, porque probablemente no leía un cómic desde hace más de diez años, y así mataba dos pájaros de un tiro (ya que este año también me había propuesto salir un poco de mi zona de confort en cuanto a lecturas) y en segundo lugar, porque las historias de mujeres adelantadas a su tiempo, valientes e inconformistas me atraen muchísimo. Así pues, por lo general, debo decir que la historia que se cuenta me ha gustado (apenas conocía a Tamara, aunque sí que había visto en fotografías muchas de sus obras y me encantan) también debo reconocer que ésta me ha sabido a poco. Me explico: en este cómic, se narra un solo hecho de la vida de la pintora, sus peripecias nocturnas para conseguir a su modelo ideal y poder pintar así uno de los desnudos femeninos más bellos jamás vistos. Aunque vi que era un cómic muy cortito, me esperaba una especie de mini biografía y simplemente lo que Greiner y Collignon hacen es dar pinceladas de la personalidad y estilo de vida de Tamara durante aquellos años. Nos muestran así, su afán de libertad, inconformismo e independencia, pero también el choque que suponía en aquella época (aunque ahora probablemente sería del mismo modo) pasar las noches fuera de casa, bebiendo y acostándose con quien le apeteciese, mientras que su primer marido Tadeusz y su hija Kizette se quedaban en casa. El desgaste emocional en su matrimonio, el dilema que le supone amar a su familia pero por encima de todo en su vida amar su trabajo y entregarse a él, es uno de los problemas que se plantean. Asimismo digo que esta historia me ha sabido a poco, porque considero que la vida de Tamara de Lempicka me parece fascinante, digna de explorar mucho más.
Tal vez lo que más me ha gustado de este cómic son las páginas finales. En estas, una vez terminado el cómic, se repasa brevemente la obra de la pintora, su estilo, y su biografía. Se menciona el gran olvido en el que cayó Tamara y en la década de los años 60, la humillación que le supuso a la artista pasar de moda, de ser una de las pintoras más destacadas en los años 20 y 30 a simplemente a ser olvidada hasta ser rescatada del mismo muchos años después de su muerte. Por lo tanto, recomendaría esta lectura a aquellas personas que quieran conocer la personalidad de una artista valiente, avanzada a su época e increíblemente talentosa pero como tantas otras, injustamente olvidada.