También esto pasará

También esto pasará, de Milena Busquets

También esto pasará

Siempre resulta difícil leer con ruido. En el caso de También esto pasará, de Milena Busquets, el ruido viene de la propia novela, de su circunstancia, como diría Ortega. De quién la escribe y de lo que le pasa al texto, como artefacto, una vez que está escrito y antes casi de ser leído por más ojos que los de la propia autora.

Si han llegado hasta esta reseña sin conocer ninguna de las dos circunstancias, háganme caso y no traten de averiguar a qué me refiero. Sigan leyendo por aquí hasta el final o directamente pasen de mí y vayan a por un ejemplar. Lo segundo, como ya he dicho alguna otra vez, les reportará más placer seguramente, lo primero se lo reportará a mi ego y tampoco les robará mucho tiempo, lo prometo.
Blanca, la narradora en primera persona de También esto pasará, ha perdido a su madre recientemente. Su vida, vista desde fuera, parece rota en varios pedazos de difícil encaje: dos ex maridos, un hijo de cada uno, un amante casado, una madre muerta, una librería enorme y un trabajo difuso que casi no se menciona en el libro pero que no sirve ni para tender de él la ropa. Ella ha llegado a los cuarenta, una edad en la que, como dice en las primeras frases, nunca se imaginó. Y es obvio desde el principio que no tiene las herramientas necesarias para enfrentarse de manera madura a todo ello.

A la vez, tiene dos o tres cosas claras Blanca: una veneración absoluta por el sexo y por la buena vida y una firme devoción por el archipiélago de amigos que mantiene a suficiente distancia de sí misma, como hay que hacer con los mejores compañeros, los buenos vecinos y la carne roja.

De todo esto nos vamos enterando en También esto pasará porque Blanca nos lo va contando, o más bien se lo va contando a su madre y nos deja cotillear mientras tanto en este diario íntimo. A veces amamos a Blanca, sus despistes, sus pasiones, a veces odiamos profundamente que resulte superficial, banal, manirrota y perfectamente hedonista. Pero permanece durante toda la lectura de También esto pasará una sensación de mesmérisme, de hipnosis inexplicable que hace que la novela se nos acabe pronto, como los helados en verano, justo cuando parece que está a punto de derretirse pero también justo cuando más la estamos saboreando.

Lean También esto pasará mientras caminan por la arena con los pies descalzos y me cuentan si les ha pasado lo mismo. Lean el libro sin expectativas y disfrútenlo antes de que les manche las manos y éstas se les queden pringosas.

Si después de hacerlo todavía no se han visto contaminados por la circunstancia que lo rodea y desean conocer más, entonces puedo contarles sin problema que la que tienen entre manos es quizá el libro en castellano más traducido de lo que llevamos de década, y seguramente aquel por el que han pagado más los editores internacionales. Que ha sido varias semanas número uno de ventas, que Milena es la hija de la fallecida editora Esther Tusquets y que en el fondo Blanca no es más que el trasunto autobiográfico de la propia autora.

Seguramente esto lo sabrán ya porque el editor se preocupa de contarlo bien en su parte de la novela, la cara y la ropa de este cuerpo con entrañas que sin embargo, yo creo, es tan disfrutable desnudo como una fabulosa mañana de enero en la playa.

1 comentario en «También esto pasará»

  1. Personalmente me pareció un libro bastante flojito. Demasiados tópicos, demasiada superficialidad, sin trama y al menos por mi parte un total falta de empatía con una pija insoportable hija de papá y mamá, una auténtica ni-ni de 40 años.

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