Reseña del libro “¿Te gusta el látex, cielo?” de Nadia Villafuerte
La diferencia entre ricos y pobres. Lo que unos podemos ver como problemas lejanos y olvidados para otros es el día a día de la supervivencia. Lo que artificialmente los privilegiados han diseñado como norte y sur del planeta. Los que están encima, disfrutando de las comodidades, y los que están siendo aplastados, robados y sustraídos de todos sus productos, alejando así su bienestar y comodidad.
Antes de seguir con la reseña y adentrarme más en ¿Te gusta el látex, cielo? debo dejar claro que pertenezco a la parte privilegiada de lo descrito anteriormente. Por lo tanto los impactos, impresiones y conclusiones a los que me han llevado los relatos son obtenidos desde esta visión. Esto puede explicar que a veces lo identifique como algo lejano y muy extraño para mí.
Desde esta perspectiva de las diferencias entre los dos mundos que comparten el planeta, ¿Te gusta el látex, cielo? nos muestra sus relatos enfocados sobre todo desde el punto de vista de la parte sur, dándonos una visión de su día a día que no somos capaces ni de imaginar los que vivimos en el otro lado de esta dicotomía. Su centro de atención no sólo reside en el estatus económico, también está presente la perspectiva del género, ya que se adentra en las situaciones a las que deben someterse las mujeres y muestra cómo estas vivencias condicionan su vida y sus pensamientos. Los protagonistas de los diferentes relatos que componen esta obra son muy variados: prostitutas, travestis, niñas que han sufrido abuso o familias en situaciones límite. Todos estos personajes tienen una característica en común: la precariedad e incertidumbre que viven en el momento y la esperanza de llegar a un punto en el que todo se solucione para poder vivir su paraíso. Un paraíso que nada tiene que ver con el que podemos imaginarnos al escuchar esa palabra. No incluye coches de lujo, ni mansiones gigantes ni viajes por todo el mundo llenos de caprichos. Este paraíso que ansían es algo tan normal como la seguridad de un hogar y la estabilidad de saber que no faltará comida en los próximos días.
Nadia Villafuerte, autora de estos relatos, nació en Chiapas y aunque deja claro que ni son textos autobiográficos ni pretenden serlo, se nota que las situaciones que describe las ha vivido de cerca. Su empleo de un lenguaje crudo y directo para esas situaciones, que parecen lejanas y que son muy raras y excepcionales, hace que sientas que son cotidianas y que a fuerza de repetirse hay gente que ha aprendido a convivir con ellas. Temas como la muerte, las drogas, el secuestro, la desesperación por buscar comida o un sitio donde dormir son tratados por la autora con naturalidad y sin sorpresa de que ocurran.
Durante ¿Te gusta el látex, cielo? es constante el empleo de palabras más tradicionales de Latinoamérica que de España. Esta característica me ha encantado, ya que te ayuda a transportarte, a sentirte más cerca de los hechos y poder así sumergirte en las desgracias que acontecen en cada relato.
Por otro lado, si algo no me ha gustado de este conjunto de relatos es el manejo de los saltos temporales dentro de los propios escritos. Me parece que es un recurso que la autora no ha manejado demasiado bien y en ocasiones es tremendamente lioso. Muchos saltos en el tiempo para después volver al comienzo en relatos muy cortos, lo que hace que en ocasiones se vuelvan tediosos.
¿Te gusta el látex, cielo? me parece un conjunto de relatos sencillos de leer y que, si bien no son perfectos, pueden servir como en mi caso para ver otras realidades muy lejanas. Si alguien se anima a leer estos relatos le recomendaría empezar por el último, a mi gusto el mejor de todos, con clara inspiración en Crónica de una muerte anunciada, que puede servir para hacerse una idea de cómo serán los demás relatos y animarse a continuar la lectura.