Reseña del libro “Terry Pratchett: Una vida con notas al pie”, de Rob Wilkins
Dijo una vez Terry Pratchett que su libro El color de la magia no era el mejor lugar de partida para iniciarse en el universo de Mundodisco. De esta curiosa revelación me enteraría años después de ser engatusado por ese mundo plano sostenido por cuatro elefantes que a su vez viajan por el espacio sobre el caparazón de una tortuga. Me enorgullece confesar que mi primer contacto con la saga fue a través de la novela Carpe Jugulum, vigésima tercera novela de Mundodisco. Desde entonces sigo entrando a ese universo de forma desordenada: picoteando aquí y allá como una gallina famélica en un buffet libre de granos de maíz. Dejando siempre esa última novela por leer, postergando así ese momento final en el que ya no pueda maravillarme por primera vez con una novela de Pratchett. Empecé por las risas, continué por la afilada y mordaz sátira social y tras El asombroso Mauricio y sus roedores sabios me quedé por el efecto balsámico que me otorgaba su prosa en los días grises en los que estar jodido se convirtió en algo demasiado habitual.
A través de su obra pude intuir al autor, pero no fue hasta su llegada a Twitter que fui consciente del hombre que había tras el escritor. Un hombre con una vida más que interesante, con un buen puñado de anécdotas y con un asistente llamado Rob Wilkins que llegado el momento jugaría un papel esencial para con el autor. El libro A slip of the keyboard, que recogía varios ensayos y discursos del autor, despejaba no pocas incógnitas sobre los pensamientos y actos de Terry Pratchett. A pesar de esto, todo fan acérrimo sabía que hasta que no llegara una biografía no tendríamos todas las piezas del gigantesco rompecabezas que resultaba ser Terry Pratchett. Terry Pratchett: Una vida con notas al pie es esa biografía. Una que todos esperábamos. Una que todos hubiéramos querido compartir con el propio Pratchett.
Terry Pratchett: Una vida con notas al pie es un acercamiento en profundidad a la figura de Terry Pratchett. La biografía resulta desde sus primeras páginas una radiografía sincera de lo cotidiano y una mirada, con arqueamiento de cejas por la sorpresa, de lo extraordinario. Rob Wilkins enseña con mimo y cariño todas las facetas del que empezaría siendo su jefe y que a la postre acabaría siendo su amigo. Rob Wilkins se muestra como un narrador pleno de sentimientos aunque no sentimental, un narrador veraz que se detiene en los detalles pero que nunca hurga donde no se debe y que trata la muerte como una parte más de ese proceso llamado vida. Así que, como parte de ese todo, Rob inicia la obra por el final, por esa carta que Terry le legó y que no podría leer hasta su defunción. “Querido Rob. Pues nada, he muerto.” Y acto seguido nos lleva mediante flashbacks a un viaje alucinante a la prodigiosa y gamberra mente del pequeño Terry Pratchett. El niño de imaginación desbocada y mirada sagaz pronto se hace un hueco en el corazoncito del lector abriéndose paso a codazos a base de situaciones que resultan enternecedoras, divertidas o que rayan la injusticia de cariz dickensiano.
En Terry Pratchett: Una vida con notas al pie Rob Wilkins es, en su mayoría, un narrador objetivo de rebosante humanidad. Este hecho adquiere gran relevancia a medida que alcanzamos esos pasajes en los que la relación de ambos se vuelve más íntima. Pero antes de eso, antes de su aparición como asistente, incluso mucho antes de que Pratchett se convirtiera en un escritor de éxito, Wilkins desgrana con precisión todos esos detalles familiares o laborales que forjaron el carácter del creador de Mundodisco. Es más que evidente toda esa inspiración que Prattchett tomó de algunos episodios de su propia vida y que luego trasvasaría a sus novelas. Es pura alquimia literaria lo que Rob Wilkins concibe al conseguir que el lector se descubra con los ojos aguados y una sonrisa en el rostro. Porque Wilkins muestra ese Pratchett repleto de matices, en ocasiones tan opuestos, de una forma tan respetuosa y descarnada que llegado el final, su narración ya forma parte de nosotros y es del todo imposible salir incólume de tan vívida experiencia.
En Terry Pratchett: Una vida con notas al pie, y como no podía ser de otra forma, Manu Viciano retoma su papel de traductor oficial de Terry Pratchett al español. En esta biografía Manu no solo nos ofrece nuevamente una traducción de calidad y fiel al original, de adjetivos certeros y de adaptaciones que enriquecen, sino que además añade algunas anécdotas de cosecha propia relacionadas con Pratchett que humanizan a escritor y traductor. Chascarrillos, traducción y notas a pie de página difieren, con sutiles matices, si nos acercamos a Terry Pratchett: Una vida amb notes a peu de página, la excelente traducción de Marta Armengol Royo para su edición en catalán. Ambas ediciones han sido vestidas de gala por una ilustración de Marina Vidal. Una ilustración que toma toda esa magia que se vertía desde los libros de Pratchett para formar ese perfil tan reconocible¹. En conjunto la edición de Mai Més LLibres² (a pesar de esas preposiciones desaparecidas y que seguro aguardan en el mismo lugar que los calcetines que entran en la lavadora y nunca llegan a salir) es un tesoro, un ejemplo de sinergia literaria, de cariño coral y de homenaje hacia la figura de Terry Pratchett a través de un trabajo excelente. Terry Pratchett: Una vida con notas al pie es, sin duda alguna, el mejor libro del año³.
¹ No, Hitchcock, esta vez no.
² La editorial que, entre otros aciertos, nos está trayendo a Terry Pratchett traducido al catalán, poniendo fin de esta forma a uno de los errores más garrafales de Matrix.
³ Obsérvese el detalle de que no hago referencia a ningún año en concreto. Añádase el año en curso en el que el lector esté disfrutándolo.
Acabo de recibir el libro y tengo muchas ganas de leerlo.
Echando un vistazo tiene un error muy grande la edición. Vale 26,5€ y el papel es de un gramaje bajísimo y las hojas se transparentan mucho.
Estoy en un tris por devolverlo por la baja calidad de la edición para el precio que tiene.