Tras el tomazo anterior, y lo digo tanto por el tamaño como por la pedazo de historia épica que se cascaron en El carnicero de dioses, Panini recopila en este segundo tomo los últimos números paridos por la mente Jason Aaron, los cuales serán el origen del evento conocido como la Guerra de los Reinos.
Llama la atención a mitad de tomo que, al contrario que el anterior, aquí no tenemos una única historia a lo largo de todo el número, sino que se nos van a contar dos historias, a priori independientes, separadas por un breve interludio semicómico protagonizado por un joven Thor.
La primera de estas partes comienza con Malekith (conviene recordar que la publicación de estos números coincidió con el estreno de la peli Thor: El mundo oscuro, en donde Malekith era el villano a batir), prisionero en Hel, siendo rescatado por los elfos oscuros y poniendo en marcha su peculiar plan de venganza y conquista. Thor, al enterarse de que Malekith va por ahí pisando los fregados a las señoras de la limpieza, pretende ponerle freno él solito, pero el Consejo de los Mundos le dice que según la directiva 15/185 Yg eso, el ir por ahí haciendo el bien pero invadiendo mundos, podría ser malinterpretado por alguno de esos mundos y le endilgan un equipo multicultural, la Liga de los Reinos (huele mucho a Tolkien), con el que imponer la paz. Algo así como un nuevo equipo de vengadores de estar por casa para nuestro chico trueno. A regañadientes, Thor acepta, pero eso sí, se pide ser el líder, menudo es él.
Así que la Liga va de mundo en mundo tras Malekith, pero siempre llegan tarde para impedir sus crímenes. Sin embargo, el final de esta historia, algo descabellado cuando lo lees, vuelve a rozar la perfección cuando lo relees y te paras a pensarlo. No podría acabar de otra forma tan, tan, tan… ¡sublime y a la vez inesperada!
La segunda historia, y hablo de la gorda, de Los últimos días de Midgard, no del sainete del intermedio, recupera parte del tono de El carnicero de dioses, al mostrarnos a un Thor en el presente luchando contra la corporación Roxxon en un terreno tan poco propicio para nuestro héroe como el de las leyes, y a un rey Thor de dentro de algunos milenios batallando contra Galactus junto a sus tres nietas para evitar que la Tierra sea devorada. Ambos aspectos tienen un marcado cariz fuertemente ecologista.
Un punto a favor, otro más, es la inclusión de la novata Roz Solomon, con quien Thor no deja de tontear. A pesar de recordar, al menos en su atuendo, a la Viuda Negra, el fuerte carácter de la agente y los diálogos con guiños al lector que mantiene con Coulson, el cameo de Hulka, la mención a Daredevil… son cosas que a cualquier friki le hacen esbozar una sonrisa.
En líneas generales el tomo es una maravilla y mantiene un ritmo ágil de lectura y un gran nivel en cuanto a entretenimiento. En la segunda parte es posible que decaiga un poco o que tenga algunos altibajos, pero la trama en ningún momento deja de enganchar de lo lindo y creo que es vital para conocer la evolución de Thor como personaje. Además, según se anuncia en las últimas páginas, lo que viene después será ver a Jane Foster sujetando a Mjölnir y convertirse en la diosa del trueno.
Por otra parte, Thor de Jason Aaron 2: el maldito es una gozada, no solo por lo que cuenta sino por la impactante fuerza visual que Ribic y Das Pastoras, entre otros, imprimen a las viñetas.
En resumen, un señor tomo con el que gozar una y mil veces del apartado gráfico y de la tremenda historia que nos cuenta y que va resultar clave para entender el devenir de uno de los personajes de cómic más queridos. Un cómic más que imprescindible para quienes gustan de historias con un guión potente, bien elaborado, coherente, creíble (dentro de lo creíble que puede ser esto), adictivo y espectacularmente dibujado, en un formato, el Marvel Now! Deluxe, que es muy manejable.
Obligatorio en cualquier comicteca dedicada al dios nórdico. He dicho.