Reseña del libro “Todas las esquizofrenias”, de Esmé Weijun Wang
Si hace poco ponía por las nubes a No pienses en un elefante rosa, de Antía Yáñez, una novela que me había permitido saber más del trastorno obsesivo compulsivo, hoy hago lo mismo con Todas las esquizofrenias, de Esmé Weijun Wang. Esta, aunque también aborda una enfermedad mental, lo hace de manera muy diferente. Se trata de una obra a caballo entre la autobiografía y el ensayo, en la que su autora habla en profundidad de su esquizofrenia y otros problemas de salud asociados.
«La esquizofrenia aterra. Es el paradigma de la locura». Así comienza Esmé Weijun Wang el primer capítulo, titulado «Diagnóstico», en el que cuenta cuántos años tardó en que se lo diagnosticaran y lo complicado que es etiquetar estas enfermedades tanto para el médico como para el paciente.
En el segundo capítulo, «Hacia una patología de los poseídos», parte del caso de Malcoum Tate, un hombre con esquizofrenia asesinado por su hermana, para hablar de cómo lo viven los familiares y los pros y contras de los internamientos y tratamientos involuntarios, que la propia Esmé Weijun Wang ha sufrido en sus carnes en tres ocasiones.
Más adelante, en el capítulo «Slenderman, la Nada y yo», menciona el caso de Morgan Geyser, una niña que convenció a su amiga para que asesinara a otra porque se lo había dicho Slenderman, y se plantea cómo el acceso a internet puede alimentar los trastornos de niños y adolescentes, fácilmente sugestionables.
En los siguientes capítulos, explica por qué se le ha considerado persona de funcionamiento alto a pesar de todo y que fue aceptada en Yale, aunque al descubrir su enfermedad la echaron. De igual modo, se plantea si está capacitada para ser madre y reflexiona sobre la importancia del lenguaje a la hora de tratar estos temas sin estigmatizar, la asociación arriesgada entre esquizofrenia y creatividad y hasta con los dones sobrenaturales.
En Todas las esquizofrenias, Esmé Weijun Wang también explica cómo ver algunas películas le ha hecho perder el anclaje a la realidad, cómo ha vivido los delirios y las alucinaciones y sus episodios con estrés postraumático, el síndrome de Cotard (creer que está muerta) y el síndrome de Capgras (creer que la persona amada ha sido sustituida por un doble). No por nada tiene un historial médico de novecientas páginas. Pero Esmé Weijun Wang no solo nos hace viajar a sus momentos más oscuros, también deja abierta la puerta de la esperanza, pues lleva ya cuatro años sin alucinaciones ni pensamientos delirantes graves.
Todas las esquizofrenias está escrito con rigor, toca un amplio abanico de perspectivas y, además, es ameno. Todo ello lo convierte en una lectura necesaria para conocer esta enfermedad mental que nos provoca tanto miedo y que es diagnosticada a 1 de cada 222 personas adultas en el mundo.
La esquizofrenia, vista desde los ojos de Esmé Weijun Wang, sin concesiones pero sin estigmas, se comprende mejor y nos concienciamos aún más de lo importante que es hablar de salud mental para prevenir trastornos o para tratarlos a tiempo y de la mejor manera posible.