“Todas putas: Los cuentos gráficos”, de Hernán Migoya y VV.AA.
Recuerdo la que se armó en su día, allá por 2003, cuando el libro Todas putas, de Hernán Migoya, vio la luz. Ni lo entendí entonces ni lo entiendo ahora. A la directora del Instituto de la Mujer, Miriam Tey, se la llegó a acusar de «justificar» e incluso «hacer apología» de la violación, de la violencia contra las mujeres y de la pederastia. Soportó insultos, anónimos con amenazas y tomates a la hora de dar conferencias, entre otras cosas. (Y seguramente muchos ni lo habrían leído, como suele pasar en estos casos).
Parece mentira, la verdad, que a estas alturas, o a aquellas, feminazis, politicuchos de mierda y amigos de lo políticamente correcto no sepan o no quieran saber (los politicastros usaron el libro como arma arrojadiza en plena campaña electoral) distinguir ficción de realidad y coartar el democrático derecho a la libertad de expresión. Si por ellos (y ellas) fuera, media literatura universal o más, (Biblia incluida) habría ardido ya en la hoguera neoinquisitorial.
Afortunadamente, todavía no han llegado esos tiempos. Todavía…
Quise en su día leer también el libro, pero al final ni siquiera pude conseguir el libro ni aún para poder apilarlo en la bonita columna dórica de pendientes y con el tiempo fue quedando en el olvido. Así que ahora, diez años después, aprovechando la adaptación al cómic, puedo por fin sacar mis propias y objetivas conclusiones (que son básicamente las expuestas líneas arriba).
Y sí, reconozco que dos de las 15 historias que se nos cuentan en Todas putas son fuertes. La primera, El violador, llega de sopetón nada más abrir el cómic: un violador razonando, argumentando y defendiendo su conducta. ¿Y por qué no? ¿No hay abogados defendiendo lo indefedible: asesinatos, infanticidios, infantas que no saben/no se acuerdan de las cosas de su marido…?
La segunda, Porno del bueno, en donde un hombre viola a una niña de nueve años tras sacarla del colegio, es la más desagradable de todo el volumen. Pero, eh… ¡Sigue siendo ficción a pesar de que cada vez curas y seglares lo estén llevando al terreno de lo real!
15 historias, y las 15 adaptadas por mujeres. Y por tanto, 15 estilos de dibujo, de visiones e interpretaciones a la hora de adaptar, todos en blanco y negro. No puedo comparar la fidelidad con el libro, pero tanto da.
Personalmente destaco A por el mirón, de Gemma Araceli Horcajo (creo que es la única historia cómica del tomo); Amor a distancia, de Irene Roga (tanto dibujo como historia están a gran nivel); La noche de la madre estéril, por el excelente dibujo de Sheila Alvarado; Un día de mierda, de Natacha Bustos (otra historia que anda entre lo trágico y lo cómico); y La hormona masculina, ilustrada por Mamen Moreu y ¿tal vez una defensa del propio Migoya?
En general los cuentos son de extensión apropiada, entretenidos la mayoría y, salvo un par prescindibles (y no me refiero al par comentado anteriormente), todos buenos. Tan buenos que me apetece conocer la obra original, ya no solo para cotejar ambos sino por el afán de querer avanzar en lo que se nos ha contado aquí. Porque alguien con la capacidad de inventar estos cuentos, con semejante temática, ha de tener un estilo fresco, descarnado, directo y un vocabulario impactante, tarantinesco a la hora de trasladarlos al papel.
En resumen, la polémica, en su día injustificada y retrógrada, consiguió incrementar las ventas del libro y años más tarde la reproducción en un cómic. Un cómic muy fácil de leer y con un dibujo claro y limpio por lo general.
Muy recomendable para la gente con mente abierta.
Buenas Diego! Revisando reseñas me he encontrado este título que no conocía, y la verdad es que he entrado al post con un poco de miedo… Pero la verdad es que la reseña es buenísima (me has hecho sentirme orgulloso de ser compañero tuyo de blog) y el libro creo que es interesante. ¿Por qué cuando uno lee un libro sobre un psicópata entiende que es ficción, pero cuando el protagonista atenta contra las mujeres ya pasa al delito? En fin, a nuestra sociedad todavía le queda mucho recorrido para madurar 🙂 ¡Gracias por la reseña!
Buenas, compa!:
Me alegra que te guste la reseña (y que te llene de orgullo que seamos camaradas).
En cuanto a tu pregunta… esta sociedad se está volviendo cada vez más agilipollada por culpa de lo políticamente correcto y por intereses partidistas. Esa es la respuesta breve.
Gracias a ti por leerme!!