Iba a empezar diciendo que debe quedar claro que me declaro miembro sempiterno del bando de los que defienden a Messi como mejor futbolista del mundo – y de la historia -, pero ahora estoy pensando que viendo el título del libro que voy a reseñar no creo que quepan muchas dudas sobre ello. Así que, de todas formas, lo diré: soy del bando de los que ve a Messi como el mejor futbolista del mundo y de la historia, del mismo bando que tantos otros aficionados al fútbol, del mismo bando que Jordi Puntí, el autor de este Todo Messi que publica Anagrama dentro de su colección ‘crónicas’.
Primero de todo diré algo en contra, y es que no estoy nada a favor de libros que tratan la figura de alguien que todavía está en activo. Básicamente porque, en este caso, si Messi gana en unas semanas el Mundial, ¿dónde quedarán todas esas argumentaciones que Puntí tiene que dar para defender a Messi por encima de todos aquellos que sí que lo consiguieron, como por ejemplo Maradona? Si Messi gana el Mundial, ya todos – por fin – pensarán igual que los que no necesitamos que lo gane para pensarlo. Pero lo bueno de Todo Messi es que esa parte no tan buena que acabo de comentar la equilibra – en realidad, la supera – con el maravilloso texto que se saca de la manga Jordi Puntí, culer hasta la médula. Porque lo mejor de este tan genial como corto libro no es las anécdotas alrededor de Messi que contiene, las citas de otros futbolistas sobre el astro argentino, las situaciones de juego que ha presenciado el propio autor o los goles que se narran, sino que lo mejor aquí es la prosa de Puntí. Todo ello sin darse cuenta de que la magia que Messi consigue en el campo él la está consiguiendo sobre otro terreno de juego, el narrativo: sobre el papel.
Jordi Puntí hace en Todo Messi un repaso de su experencia en la contemplación de alguien único, irrepetible e incomparable como es Messi. A través de experiencias propias y ajenas, Puntí hilvana una serie de ‘ejercicios de estilo’ – como él se digna en llamarlos al estilo de Raymond Queneau – en los que recrea las más importantes hazañas del argentino mezcladas siempre con la maestría del catalán en la glosa, en la comparación, en el análisis meditado y (des)medido, en la digresión sangrante de pasión por el fútbol. Y no solo quedándose en el mero entorno futbolístico, sino que Puntí – escritor y periodista de renombre – es capaz de coger a Messi y enmarcarlo, por ejemplo, dentro de los cinco conceptos que Italo Calvino predijo que marcarían el arte del siglo XXI. Porque, ¿no es arte lo que hace Messi?
Podría decir que aunque no te guste Messi – cosa que no concibo si te gusta el fútbol – te va a gustar este libro, porque básicamente, aunque con Messi por bandera, es este un canto al fútbol como filosofía, como la religión de un cúmulo de humanos que vemos en ese ‘dar patadas a un balón’ toda una serie de elementos perceptivos capaces de hacernos llorar, capaces de hacernos gritar como nunca lo hemos hecho, abrazarnos a alguien con quien nunca nos hemos abrazado, dar un beso a, por ejemplo, un trozo de tela que llevas por camiseta, a una lata de cerveza, a ese amigo de al lado que a quien como mucho hasta ese momento habías dado una palmada en el hombro. Eso es el fútbol. La última vez que lloré fue con un gol de Iniesta.
En definitiva, Todo Messi es algo más que un mero libro sobre fútbol, que un simple libro sobre otro futbolista más. Y, para explicarlo bien, qué mejor que acudir a las palabras del propio autor: «Quizás se podrían definir estas páginas como un cromo en movimiento, uno de esos vídeos cortos que hay ahora por internet y que resumen en diez segundos toda una jugada. Solo que el movimiento se lo daré yo con mis palabras: inspirándome vagamente en el patrón del escritor Raymond Queneau y su célebre libro, intentaré trazar unos ejercicios de estilo a partir de la figura de Leo Messi. Deconstructing Messi. Reescribir a Messi. Él será el protagonista de cada texto, las mil caras del estilo, y mi ejercicio consistirá en capturar en estas páginas la belleza, la voracidad, el genio, la modernidad, la obsesión y el instinto, entre muchas otras cosas, de un futbolista que es el mejor de la historia.» Nada más y nada menos que eso. Con todos ustedes: D10S.