Se suele decir que la música es la banda sonora de la vida y que es el lenguaje más universal que existe. Prácticamente nadie imagina su vida sin ella y, es que, la música nos acompaña en nuestros mejores y peores momentos y llega a rincones a donde nada ni nadie más pueden llegar. Como hay gustos para todo en la vida, hay múltiples géneros para satisfacer a todo el mundo y uno de los que más adeptos tiene es el rock and roll. Es un género que implica cientos de canciones y grupos o artistas míticos y no sólo eso, hay todo un mundo de leyendas, efemérides e historias alrededor de las más famosas bandas y cantantes de rock. Pero el mito más extendido sobre este género y sus abanderados, y no por ello menos real, son los excesos, alcohol, drogas y sexo que lo rodean. Sobre este tema se ha hablado en series, películas y sí, libros. Y uno de los últimos en hacerlo es Todos quieren a Daisy Jones, de Taylor Jenkins Reid.
Podía oler el whisky en su vaso, ese aroma antiséptico, ahumado. Para mí siempre ha sido el olor. El olor a tequila, el olor a cerveza. Incluso con la coca. El olor de cualquiera de esas cosas me devuelve de inmediato al pasado, a esos momentos en los que la noche acaba de empezar, cuando sabes que estás a punto de meterte en un lío. En una sensación estupenda, el principio de todo.
Se ha escrito y hablado mucho sobre esta obra en el último año, tanto que hasta ya se prepara una serie para adaptarlo, y aunque suelo huir un poco de los libros que despiertan tanto hype por pereza, era una temática que me llamaba y una autora de la que quería leer algo más después de disfrutar tanto con Los siete maridos de Evelyn Hugo. Por eso, me he animado a leerlo y no me arrepiento lo más mínimo. Lo he devorado. Llevaba un tiempo en sequía lectora debido a la crisis sanitaria que estamos viviendo y que nos tiene a todos un poco locos y descentrados y este libro ha conseguido que vuelva a leer horas y horas seguidas sin darme cuenta del paso del tiempo y a pesar de tener que madrugar. ¿Cuál es su secreto? La manera en la que está escrito. Taylor Jenkins ha cogido un tema bastante trillado y lo ha convertido en algo nuevo al escribirlo como si fuera un documental. Los distintos personajes van desgranando la historia de un grupo desde sus inicios como si se sentasen delante de una cámara a responder las preguntas de un periodista al que no vemos (leemos). Esto hace que el libro sea tan dinámico que se lee solo, que sea muy visual y, por tanto, memorable, además de que potencia el que todos los personajes tengan una voz propia y reconocible.
Los protagonistas son la propia Daisy Jones y los miembros del grupo The Six, con su compositor y cantante, Billy Dunne, a la cabeza. No corráis a buscarlos porque no, no existen. Son una banda ficticia que a la autora le vale para meternos en los entresijos de una banda de rock: la creación de un disco, la gira, los tira y aflojas entre los distintos miembros que lo conforman, y los problemas que todo esto conlleva en el ámbito personal. A pesar de lo mucho que disfruto de la música y, en particular, del rock, no tengo ni idea sobre pentagramas, instrumentos, el manejo de la voz, etc y, sin embargo, me ha encantado leer sobre todo esto, sobre cómo se crea una canción, un disco, desde cero. Ésta, que a priori para muchos podría ser la “parte aburrida” de la novela, no lo ha sido para nada. Los personajes explican de un modo tan realista y natural cómo va surgiendo su música que lo sientes y te interesa. Lo más duro del libro ha sido no poder escuchar las canciones mientras lo lees, aunque es casi como si lo hicieras gracias a las explicaciones que dan los personajes. Canciones que, por cierto, la autora también ha escrito y ha tenido la deferencia de poner en un capítulo final una a una.
[…] El arte no le debe nada a nadie. Las canciones hablan de sentimientos, no de hechos. Expresarse tiene que ver con lo que se siente al vivir, no con tener o no derecho a reclamar una u otra emoción en un momento dado
La otra parte fundamental del libro, la “divertida”, la sensacionalista, es la que conlleva las disputas entre los miembros del grupo, los líos amorosos, los excesos… es tal y como se espera, entretenida y adictiva. Pero no penséis que es algo tan banal como un puñado de cotilleos, porque la autora rasca en la superficie de todos los personajes hasta ofrecernos sus más profundos sentimientos y reflexiones. El libro habla del ego, los celos, las adicciones, el talento y talante de los genios, pero también y principalmente de la toma de decisiones, su dificultad y sus consecuencias y de cómo tenemos que aprender a vivir con ellas. Habla del amor, el desamor y cómo enfrentarse a ello y superarlo. Y, en general, habla de un grupo de personas humanas, a pesar de la idealización y mitología que pende sobre ellos, y de cómo reflexionan sobre sus vidas, sobre el pasado y sobre sus aciertos y errores. Gracias a su formato también habla de la verdad y sus múltiples interpretaciones, de los distintos puntos de vista que pueden encontrarse alrededor de cualquier hecho o circunstancia.
Pero saber que eres buena sólo te puede ayudar hasta cierto punto, en algún momento necesitas que alguien más lo vea. La apreciación por parte de gente a la que admiramos cambia la forma en la que nos vemos a nosotros mismos. […] No hay nada más poderoso que eso. Lo creo de verdad. Todos queremos que alguien sostenga el espejo en el que nos queremos mirar
Es, por tanto, un libro muy humano que desprende naturalidad y que nos lleva a empatizar e incluso en algunos momentos a identificarnos con unas personas que a priori no tienen nada que ver con nosotros mismos y nuestras vidas. Por todo esto, os animo fervientemente a leer Todos quieren a Daisy Jones (y The Six) y descubrir por vosotros mismos si lo amáis o lo odiáis.