He perdido la cuenta de las veces que me han recomendado que leyera la Trilogía del Baztán de Dolores Redondo. Los que saben que de mi predilección por el folclore aseguraban que me iba a encantar. Y yo, reticente a los best sellers, me resistía. Pero al igual que hice con Patria, con la que me sucedía algo parecido, me he animado a conocer la historia a través de su adaptación a novela gráfica, nada menos que con la edición integral de lujo de Ernest Sala.
Subrayo lo de «edición de lujo» porque, la verdad, es una auténtica maravilla. Con unas dimensiones de 23 x 31,1 centímetros y un peso considerable, no es la clase de libro que te llevarías para leer en el metro, pero sí con el que te recrearías en cada una de las ilustraciones y en los detalles de las páginas y la portada.
Se nota que Ernest Sala ha hecho un trabajo titánico para completar la adaptación de Trilogía del Baztán: en El guardián invisible invirtió ocho meses; en Legado de huesos, año y medio, y en Ofrenda a la tormenta, dos años. Primero público cada una de las entregas en color y ahora por fin las reúne en un solo volumen en blanco y negro, que cuenta, además, con un apartado de «Extras», en el que muestra bocetos y cuenta curiosidades, como que para cada uno de los personajes se basó en un famoso: Anna Torv, Christian Bale, Aitor Luna, Santi Rodríguez, Ana Milán, Carmelo Gómez… Quienes hayan leído la obra original de Dolores Redondo que hagan sus apuestas de quién es quién.
La edición es una preciosidad, eso ya lo he dejado claro. Pero ¿y la historia? A pesar de los millones de ejemplares vendidos y de las tres adaptaciones cinematográficas, yo desconocía de qué iba, más allá de que era un thriller y de que el Valle del Baztán y la mitología navarra tenían un peso crucial. Si queda algún despistado como yo, le recomiendo leer las entusiastas reseñas que hicieron mis compañeros de Libros y Literatura de El guardián invisible, Legado de huesos y Ofrenda a la tormenta, donde dan detalles de la trama y los personajes. Y, en estas líneas que siguen, yo me centraré en mis impresiones.
¿Ha sido Trilogía del Baztán lo que me esperaba? Pues sí, para bien y para mal. Reconozco que es una historia entretenida, con un encanto especial gracias a esa mitología navarra que rodea a los crímenes que se suceden en Elizondo, el pueblo natal de la inspectora Salazar, encargada de resolverlos. En algunos puntos, me era imposible parar de leer, más aún siendo una novela gráfica, donde eso de «una página más» puede convertirse en cincuenta con facilidad. Pero me ha parecido previsible en varios puntos, forzada en otros, y la protagonista me ha caído tan mal que no sé si veré las películas ni si llegaré a leer las novelas originales. Por eso me alegro de haber descubierto esta historia a través de la adaptación de Ernest Sala: su forma de narrar visualmente merece la pena por sí sola.
¿A quién recomiendo Trilogía del Baztán de Ernest Sala? A quienes, como yo, tengan curiosidad por conocer esta historia mil veces recomendada: trescientas sesenta y ocho páginas son más fáciles de asumir que las más de mil quinientas que suman las tres novelas. Y, sobre todo, a los lectores que quedaron fascinados con las vicisitudes de la inspectora Salazar, porque la edición integral de lujo de la adaptación gráfica de Trilogía del Baztán los enamorará igualmente.