No soy mucho de pensar en el futuro. No soy una persona que tenga una idea sobre lo que pueda pasar dentro de unos años. No intento averiguar si los coches volarán o si, directamente, una bomba nuclear acabará por arrasarnos a todos un día de estos. Y creo que me ocurre esto porque los años van pasando y todas las cosas que me prometieron los libros y las películas de ciencia ficción se han quedado en meras teorías. Ni coches voladores, ni máquinas del tiempo, ni máquinas para teletransportarse. Que sepamos.
Por eso no me preocupo por pensar cómo viviremos dentro de unos años. Pero no puedo negar que es un tema sobre el que me encante leer. Me gustan las novelas futuristas que con imaginación y buen arte nos dan una posibilidad entre un millón. Quizás la novela de la que vengo a hablaros hoy sea ese futuro improbable que vivamos dentro de unos años.
Trompetas de Paladio, de Albert Siré, comienza en el 2031, cuando un pequeño niño es adoptado. Iremos viendo cómo evoluciona su vida hasta llegar a la década de los sesenta, donde lo veremos convertido en un ingeniero de robótica que se integrará en un partido americano después de pasar una terrible crisis.
Ver a este protagonista, Roy Stark, metido en un partido político es algo gracioso y preocupante a la vez. Veréis, él siempre se ha preocupado por la sociedad y tenía claro que quería ser ingeniero para poder ayudar a las personas. Cuando se ve metido en un partido político, se toma este giro del destino como algo bueno, al menos le queda la esperanza de que así podrá ayudar a la sociedad de una forma más directa. Pero cuál es su desencanto al descubrir que el partido político para el que trabaja solo se preocupa de una cosa: de sí mismo.
De hecho, tendrá que vérselas con un programa informático —por llamarlo de alguna forma— que tiene como misión llenar las calles de robots humanoides, lo que provoca que el «shock del futuro» se propague como la pólvora.
Estamos ante un libro, como podéis observar, futurista. Pero la verdad es que el autor ha optado por un futuro que bien podría ocurrir. O sea, es probable que vivamos algo así dentro de unos años. De hecho, la semilla de todo esto, de toda esta historia, es la lucha de poder entre Trump y Putin que desencadena en una nueva guerra fría. Quizás ya estemos viendo esto a través de nuestros televisores y no nos estemos dado cuenta, pero yo creo que es un buen punto de partida para pensar en un posible futuro. Ya sea horrible o maravilloso. Aunque por la pinta…
El caso es que Albert Siré opta por darnos esta visión cuanto menos pesimista de nuestro destino, pero utilizando un tono humorístico que está presente a lo largo de todo el relato. La ironía abunda y eso hace que la estética de este libro sea bastante peculiar. Y, hablando de estética, tengo que decir que el autor ha cuidado mucho la ambientación. No solamente consigue el aura perfecta para el libro a través de descripciones, sino que también utiliza otros recursos, como el uso de la música, para hacer que todavía sea más redonda.
Y si todavía no os he convencido para leer Trompetas de Paladio, os diré que no solamente la política, la ironía y la robótica tienen cabida en este libro. El amor —más imposible que posible— está presente entre sus páginas, así como la dificultad que supone para una persona el tener unos ideales fuertes y no conseguir que estos se corrompan con el paso del tiempo.
Albert Siré nos trae un libro original que hará que nos divirtamos con el futuro que nos augura, aunque tan vez si nos toca vivirlo no nos alegraremos tanto, y lo hace de una forma amena y entretenida que hace que el libro se lea en poco tiempo. Los diálogos son abundantes y se entremezclan a la perfección con las descripciones que, como decía antes, son imprescindibles. Aunque diré —esto me parece importante— que no son excesivas, o demasiado largas. Yo siempre digo que no me gustan nada los libros que pecan de ser demasiado detallistas o que se entretienen más de lo necesario en las descripciones. Y entiendo que, por ejemplo en este caso, que estamos ante un marco que no conocemos y que necesitamos conocer para comprender la novela, el autor podría haber caído en la tentación de detenerse en darnos páginas y páginas de descripciones con la intención de que el lector se sitúe. Pero Albert no lo hace, se dedica a dejarlas caer sutilmente entre los diálogos y el resto de narración para que el lector se haga una idea a medida que avanza la historia y no se pierda en su desarrollo.
Por otra parte y centrándome en los personajes, diré que Roy Stark es un digno protagonista de esta historia. Es sagaz e irónico, listo y carismático a su manera, pero lo que de verdad sorprende de él es lo fiel que es a sí mismo. Esa es la máxima y la moraleja que saco de este libro. Por otra parte, encontramos a Denisse, una chica que acompañará a Roy en sus aventuras y cuya familia lleva una carga que está muy relacionada con el programa informático del que os hablaba antes.
En definitiva, es un libro muy entretenido, distinto a todo lo que se ve hoy en día y bien elaborado que gustará a todos aquellos amantes de la ciencia ficción y de las novelas satíricas que analizan la sociedad desde un punto de vista que no deberíamos pasar de largo.