Hay historias que llegan para quedarse, esas que siempre tendrán un hueco reservado en la estantería y que cuando prometen una nueva parte no importa el tiempo que pase porque siempre va a haber un lugar para ellas. Es el caso de La reina roja, saga que conocí y empecé a leer hace unos tres años y que ahora vuelve para darnos un poquito más.
Esta historia de Victoria Aveyard empezó como una trilogía, pero enseguida nos sorprendió con una cuarta parte y un libro de relatos que explicaba muchas de las cosas que ocurrían en la trama principal. Sinceramente, pensé que la autora se quedaría ahí, que ya había tenido suficiente, aunque la verdad es que esa última parte que menciono (Tormenta de guerra) dejaba demasiadas cosas en el aire y un final muy abierto para mi gusto. Así que cuando vi que Gran Travesía iba a editar de nuevo un libro de esta saga, aluciné bastante. Por supuesto, no me importaba de qué iba y de qué no; lo pedí enseguida, deseosa por descubrir qué era lo que se avecinaba.
Pues bien, Trono destrozado no es una continuación en sí misma de esa tetralogía de la que hablo, sino que es un compendio de relatos que además incluye cosas tan interesantes como mapas o árboles genealógicos. Es un regalo para los fans, hablando claro. Gracias a los cinco relatos que contiene, sus epílogos y demás material que ofrece, la autora acerca los personajes a los lectores para que estos los lleguen a conocer todavía mejor. Y no solo eso, sino que nos da una visión de Norta, el mundo donde se desarrolla la saga, que todavía no habíamos tenido el placer de contemplar. Como digo, para los fans es un auténtico regalo que permite volver a estas historias que tanto nos atraparon y que tanto nos ofrecieron para dejarnos un regusto de satisfacción y de trabajo bien hecho.
Y a estas alturas de la reseña podrías preguntarte qué es lo que puede darnos Trono destrozado, dado que la saga ya está cerrada —aunque con ese final abierto que mencionaba antes— y por qué es imprescindible para completar el círculo que la autora abrió hace unos años. Veamos, si bien es cierto que solo tres de sus cinco relatos son inéditos, y esto podría echar para atrás a muchos, encontramos historias de personajes que en la saga principal no se les da la importancia necesaria y que se quedan en muchas ocasiones en un segundo plano. Esa oportunidad que les da la autora de acercarse al lector hará que este se quede muy satisfecho con el resultado, ya que comprenderá muchas cosas que ocurren en los otros libros y que, por unos motivos u otros, no terminaron de explicarse del todo bien. Por ejemplo, hay historias que vivimos desde el punto de vista de otros personajes, así que ahora la autora les hace justicia haciendo que sean los afectados los que cuenten lo que ocurrió. Es como darles una segunda oportunidad. Y las segundas oportunidades siempre vienen bien.
Como digo, la saga La reina roja es una saga que me ha gustado mucho desde el principio, aunque tengo que reconocer que he leído otras del mismo estilo que me han gustado más —como por ejemplo la de Princesa de cenizas, todavía incompleta pero que sigue la misma línea—. Sin embargo, me da la sensación de que tanto la autora como los fans creen muchísimo en la historia que propone y que gracias a estas aportaciones en forma de relatos y regalitos que nos deja dentro de este libro el círculo que un día abrió se va cerrando de manera uniforme. ¿Que qué significa eso? Que cada vez que vea algo relacionado con Victoria Aveyard o La reina roja, seré la primera en hacer cola para ver qué es lo que tiene que ofrecernos esta vez.