Tu corazón en un cofre, de Mercè López y Rebecca Beltrán
Tu corazón en un cofre se presenta dentro de una cajita de cartón, lo cual, tratándose de la historia de una colección de corazones guardados en cofres resulta de lo más apropiado, porque al cerrarlo es inevitable que la caja haga lo propio y encierre en su interior además del libro un trocito del corazón lector agradecido. Y no por méritos propios porque no son muchos los corazones dignos de engrosar la real colección que inventaría la obra, sino como ofrenda voluntaria a la que Rebecca Beltrán y Mercè López se hacen merecedoras por su coraje y por el mérito poco común de lograr que nos reconozcamos en su propia locura.
El punto de partida de Tu corazón en un cofre, el magnífico punto de partida debería decir, es el siguiente: el corazón que la madrastra de Blancanieves hace arrancarle a la desdichada niña de piel blanca como la nieve y labios rojos como la sangre, si bien falso, según las versiones clásicas, no es devorado por esta, sino que es guardado en un cofre en una cámara secreta y pese a su falsedad inaugura una colección de corazones célebres mediante la cual la malvada reina pretende comprender aquello que le está vedado: el amor. Y visto desde esta óptica hay que reconocer que el personaje de la madrastra, serial killer y todo, tiene un potencial dramático bastante mayor que el de la famosa Blancanieves, si su motivación no es la envidia por la belleza de su hijastra sino la frustración por no amar ni haber sido amada, el personaje cambia.
Años después, cuando las ruinas se han apropiado hace mucho del mundo de fantasía en el que habitaron personajes de cuentos, la fantasía, en este caso la de Rebecca Beltrán y Mercè López, acude al rescate y saca a la luz de entre los escombros aquella oscura cámara en la que la malvada madrastra que nunca amó y se pasó la vida buscando aquello que no podía poseer almacenó sus tesoros, y de su mano descubrimos la colección real de corazones y el resultado de los estudios de tan singular cardióloga. Y con un talento, una sensibilidad y un sentido del humor prodigiosos, pasamos un rato magnífico buceando en la mente enferma de una madrastra a la que nunca podremos volver a mirar de la misma manera. Aunque el texto y las ilustraciones no hablan de ella mucho más allá del planteamiento inicial, aunque de lo que se habla es del amor, de sus bondades, de sus peligros, de sus tristezas y de sus alegrías, lo cierto es que esa idea de la colección macabra de un alma atormentada cohesiona y engrandece el conjunto de la obra.
Andrés Barrero
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Disfrute mucho al leerlo es sensacional