Reseña del libro “Tú, humano, eres un simio”, de Aron Ra y Elisa Ancori
La aposición es un fenómeno literario curioso. Aporta muchísima información a una sencilla frase. En el título Tú, humano, eres un simio, es nuestra condición humana la que va entre comas, mientras que el contenido de este delicioso e inquietante álbum ilustrado te interpela en esa segunda persona del singular, tan de moda. Para decirte, ni más ni mes, en tres palabras, que tu atributo principal, en esta oración copulativa, es tu origen evolutivo animal.
Tú, humano, eres un simio. No te creas en la cúspide de una pirámide evolucionista inventada. No eres una sustancia etérea que supera o va más allá de la biología. No eres más que el planeta Tierra que habitas. Eres un cuerpo en descomposición con capacidad de crear. Compartes con el resto de seres ciertos rasgos que desmontan la falsa creencia creacionista.
Tú, humano, eres un simio. Y las razones que justifican esta afirmación, es decir, que el ser humano ha evolucionado y no ha sido creado por un dios, son que eres un organismo metabólico, un eucariota, perteneces al reino de Animalia, eres un cordado con cráneo, eres un vertebrado con columna vertebral, eres un tetrápodo (tienes cuatro extremidades), eres un sinápsido (tienes un solo hueco detrás de los ojos), eres un mamífero de sangre caliente y placentario. Finalmente eres un primate y un simio.
Los texto de Aron Ra son directos y las ilustraciones claras, sin ambigüedades. Tú, humano, eres un simio es uno de esos álbum ilustrados que deberían estar incluidos en el programa de ciencias naturales o biología desde educación infantil. En la era de la posverdad, parece cada día más difícil defender una hipótesis, aunque sea científica, sin ir acompañada esta defensa de un posicionamiento ideológico. Sin embargo, cuando en 32 páginas y unos pocos párrafos lees tanta sencillez y claridad, por un corto espacio de tiempo, recuperas la confianza en la curiosidad y los conocimientos humanos.
La fuerza de los mensajes de Tú, humano, eres un simio se complementa con la belleza y elegancia de las ilustraciones. Cuando aún hoy, en las aulas, adolescentes se ofenden al ser señalados como animales, es más necesario que nunca comprender que puede que sea el rasgo humano más honorable. Con humor y valentía Aron Ra te recuerda que tus excrementos no son útiles (a menos que vayan a tierra, añado) mientras que las plantas reutilizan sus desechos en sus elementos vegetales, como el libro que sostienes entre las manos.
¿Es tan difícil comprender que todo ser vivo está relacionado? Mediante esos atributos expuestos en cada página queda señalada la relación entre especies e individuos. Rasgos que comparten o que les diferencian, pero que en definitiva vienen a fortalecer las tesis de Darwin ahora desde las investigaciones sobre el ADN. Lo mejor de este álbum es que nociones tan aparentemente académicas y complejas son accesibles a cualquier lectora o lector. En la era de la tecnología y la virtualidad, sin depreciar el progreso científico como totalidad, recuerda que por encima y para siempre Tú, humano, eres un simio.