Tu música puede cambiar tu vida, de Galina Mindlin, Don Durousseau y Joseph Carrillo
¿Alguna vez te has planteado que la música puede cambiar tu vida de arriba a abajo? Vas por la calle, y de repente suena una de tus canciones favoritas, una de esas que hacen que mires al frente y que por tres o cuatro minutos puedas comerte el mundo. O estás en tu casa y pones en tu reproductor algo de música relajante y, en un momento, te encuentras tumbado en la cama, saboreando las notas que provienen del altavoz y tu cuerpo empieza a destensarse, a disfrutar, y a quedarse dormido. Puede que la música sirva para todas estas cosas, y para algunas más. ¿Te lo habías planteado? ¿Crees que la música puede ser un alivio para la tristeza? ¿Crees que lo que escuchamos en nuestro día a día puede luchar contra la ansiedad, darte más vitalidad, o hacer que tu mente se fije objetivos mucho más claros? Puede que ahora mismo estés leyendo esto con reticencia, con una cara de no creerte realmente que yo vaya a hablar de esto, pero más adelante descubrirás que la música, aunque no lo parezca, puede ser uno de los mejores medicamentos que existen en el mundo.
Este es un manual sobre las propiedades de la música, sobre lo que nos influye, sobre lo que nos puede dar y no nos damos cuenta. Y es que al final, “Tu música puede cambiar tu vida” y a veces estás lo suficientemente sordo para darte cuenta de ello.
Antes de nada, veamos un ejemplo práctico, que a veces es como mejor se entiende lo que ha supuesto un libro para alguien: yo cuando voy a trabajar lo hago siempre cansado, con pereza, como si no tuviera ganas de nada. Hace unas semanas me puse a leer este libro y me dije a mí mismo: oye, intenta probar algunas de las cosas que te proponen en él, no pierdes nada, y además seguro que pasas un buen rato con tu música favorita. Y eso hice, me creé una lista para escuchar mientras iba a trabajar, para ver qué efectos positivos o negativos tenían en mí. La lista es la siguiente:
“CAMINO AL TRABAJO”
“Dog Days Are Over” de Florence and The Machine
“Don´t Stop Me Now” de Queen
“Viva la Vida” de Coldplay
“You make me wanna shout” de Little Richard
“Brown Eyed Girl” de Van Morrison
Como veis, todas son canciones con mucho ritmo. De más a menos intensidad. Esas eran las premisas que propone este increíble libro. Y con mi escepticismo en los talones me puse a caminar. El primer día, sí, es cierto, llegué al trabajo un poco más animado, pero desde luego no a los niveles que yo deseaba. Pero no por eso dejé de intentarlo. Los autores de “Tu música puede cambiar tu vida” lo dejaban claro: esto no es milagroso, no te despiertas un día y escuchando música se pasan todos tus males. Esa fue una de las cosas que me gustó, porque me dio la sensación de que no estaban intentando venderme una moto. Así que seguí escuchando esta lista los días siguientes, y hete aquí que, poco a poco, mi propio cuerpo ya se predisponía a escuchar la música y entraba en un nivel de activación mucho más visible, mucho más placentero, más animado en definitiva. Y fue entonces cuando pensé que este libro era bueno, porque siempre había oído que la música era beneficiosa para el ser humano, pero nunca me había parado a pensar en ello.
Yo lo usé para esta cuestión, pero puede usarse en muchos otros aspectos de la vida. La tristeza, el insomnio, la apatía, los nervios, son momentos estresantes que todos vivimos a lo largo de nuestra vida. Y muchas veces no sabemos como combatirlos. ¿Y quién nos dice que, si lo tenemos a mano, no podemos echar mano de algo tan básico como la música? ¿Quién no ha dicho alguna vez que ciertas canciones componen la banda sonora de su vida? Pues ahí lo tenéis: hay canciones que forman una huella indeleble en nuestra existencia, y nos pueden ayudar a combatir ciertos males que nos atacan en cualquier momento.
Pero si todo esto no os convence, os hablaré de otro ejemplo que a mí me ha servido. Yo, como muchos de los mortales que poblamos este mundo, me cuesta levantarme una barbaridad. Si no tengo a mi lado una taza de café no soy, como se dice vulgarmente, persona. Pues bien, por razones que no vienen al caso, para mi organismo el café es prácticamente como un veneno en los últimos tiempos, y necesitaba cambiarlo por otra cosa. ¿Y por qué? Habéis acertado: decidí hacerme una lista de canciones que, por la mañana, me activaran lo suficiente para no estar toda la mañana en la cama. Esta es:
“ACTIVARSE POR LA MAÑANA”
Black & Gold de Sam Sparro
Dancing on my own de Robyn
Dakota de Stereophonics
Every me Every you de Placebo
Hysteria de Muse
Y sucedió lo mismo. Según fueron pasando los días, mi cuerpo empezó a acostumbrarse que al oír esta lista era el momento de activarse, de levantarse. Por supuesto, sigo necesitando algo más para despertarme del todo, pero el primer paso ya está conseguido. Y es que todo, como se dice en el libro, es una cuestión de actitud, de querer cambiar algún aspecto que crees inmodificable. Y además, ¿por qué ser reacio a algo que, si no te funciona, tampoco te va a proporcionar efectos negativos?
Pero si después de todo no es lo que quieres, simplemente puedo decir que “Tu vida puede cambiar tu vida” es un manual perfecto para enterarte de cómo nuestro cerebro funciona, de los avances que la terapia musical ha estado desarrollando en los últimos tiempos. Un acierto desde luego que Edaf ha tenido a bien traernos para que podamos entender, de mejor manera, qué es lo que nos pasa dentro. ¿No os parece que, sólo por eso, ya merece la pena hacer un poco de tiempo y escuchar buena música, mientras leéis un buen libro?