Reseña del libro “Un día de lluvia y flores”, de Carme Solé Vendrell
Me enamoré de las historias de Carme Solé Vendrell con FAB, el monstruo amarillo, a través de Kalandraka Editora, un cuento enternecedor sobre un terrible dolor de cabeza; ahora vuelvo a respirar su magia con el protagonista de Un día de lluvia y flores.
Publicado originalmente en inglés en 1981 por la editorial Blackie & Son, llega ahora traducido por Helena García en la colección libros para soñar de Kalandraka.
Veintiocho páginas a todo color que Carme Solé ilustra y escribe para contarnos la historia de un niño pequeño poseedor de un gran paraguas que, un día de lluvia cualquiera, se dedica a recoger flores e ir repartiéndolas a cada ser con el que se cruza.
Has leído bien, he dicho “a cada ser” y eso es porque no se limita a regalar una flor a los humanos que va encontrando por el camino, también se las ofrece una a los animalillos del bosque.
Un día de lluvia y flores no es un cuento sin más, tiene un bonito mensaje que ofrecer: el de un niño que impide que un ave sea cazada dando una flor al pajarillo y al arma cargada que estaba apuntándole, mientras el cazador impactado sonríe tras entender qué estaba pasando.
También consigue que otro pajarillo introduzca una flor en esa horrible torre que está contaminando el campo con el humo negro que desprende, y cuando cae en su interior miles de flores empiezan a volar por el cielo, haciendo felices a los trabajadores que en la fabrica pasaban sus jornadas laborales y a las buenas gentes que viven en los lugares cercanos.
Su ramo de flores va disminuyendo al mismo tiempo que la lluvia lo va haciendo, un buen signo de que la naturaleza es capaz de hacer bello el día más gris del año. Y es que si algo tienen libros como este de Un día de lluvia y flores es que su mensaje cala, como la lluvia y se queda en nosotros, como el aroma de las flores.
Soy muy fanática de los libros de Kalandraka Editora porque, sin tener en cuenta edades, llega a todos los niveles , a todos los corazones y consigue dejar la sonrisa dibujada en nuestro rostro y el corazón templadito lleno de sosiego.
El hecho de no ver el rostro del niño que lleva las flores y ese inmenso paraguas, consigue crear un misterio y refleja esa sensación de “en realidad no importa quién sino el cómo”.
Y una de los detalles más hermosos está en el hecho de que tan sólo cuatro páginas tienen letras, el resto están hechas exclusivamente con ilustraciones, dibujos, belleza, amor y alegría, a pesar de la lluvia, del frio y de la humedad.
No te quepa duda de que si quieres enseñar un buen mensaje de paz a los peques de la casa sin entrar a hablar de temas bélicos, este libro: Un día de lluvia y flores es una hermosa opción. Kalandraka Editora siempre nos facilita el camino hacia los mensajes de PAZ.
Imposible no sucumbir a la última página, con esa carita sonrojada y esa mirada tan limpia.