Orencio Beotas, 35 años. Lleva dos en paro y hace cuatro meses que rompió con su novia. Va tirando con el subsidio, lo poco que le queda en la cuenta corriente y trabajos eventuales. Se alimenta a base de comida precocinada, que compra en una tienda regentada por un chino. Vamos, que Orencio Beotas no se encuentra en su mejor momento, pero ni él ni su vida tienen nada especial. Su historia es como la de tantos otros jóvenes que la crisis se llevó por delante.
Pero, de pronto, Orencio Beotas se entera de que es el heredero de una tradición familiar que se remonta a mil setecientos cincuenta y nueve, cuando el primer Orencio Beotas escribió un libro titulado A través de la pared. Años después, su hijo mayor, el segundo Orencio Beotas, decidió homenajear la obra de su padre y la reescribió a su manera. Más tarde, siguió sus pasos su hijo, el tercer Orencio Beotas, y luego, el hijo de su hijo… Generación tras generación, ese libro primigenio ha ido acumulando versiones, y ahora le toca al octavo Orencio Beotas, nuestro protagonista, escribir la octava.
¿Un honor? ¿Un privilegio? Nada de eso, Orencio se toma la encomienda como un nuevo marrón que sumar a su desastrosa vida. Y de cómo intenta escaquearse de él va Libro de familia, de Santiago Pajares.
Libro de familia es una sucesión de hechos cotidianos en los que es fácil vernos reflejados, sobre todo si somos de la quinta del protagonista: añorar nuestra infancia, cuando todo era tan sencillo, y los veranos en casa de los abuelos, jugando con nuestros primos, esos con los que ya hemos perdido el contacto porque nuestras vidas han seguido caminos distintos; las entrevistas de trabajo multitudinarias y frustrantes; las visitas totalmente improductivas al SERVEF; las cervezas con los colegas como método habitual de evasión; las comidas familiares de los domingos y, en consecuencia, los encuentros y desencuentros con padres y hermanos (y cuñado, claro). Santiago Pajares no relata nada fuera de lo común, sin embargo, nos mantiene pegados a la página, sobre todo por ese tono irónico que consigue que nos riamos hasta de nuestras propias miserias.
Y es que lo importante no es lo que se cuenta, sino cómo se cuenta. Eso lo demuestra Santiago Pajares con su narración, y esa es la historia misma de la literatura, que lleva siglos escribiendo las mismas historias, tal y como se han propuesto los Orencios de la familia Beotas. Gracias a este paralelismo, el autor de Libro de familia nos muestra lo sacrificado que es escribir una novela de principio a fin, ya seas aficionado o profesional. A través de personajes que van desde un profesor de escritura creativa hasta el ganador de un Premio Nadal, leemos reflexiones sobre qué es escribir, por qué hacerlo, por qué no hacerlo… Un punto que hace que esta novela sea especialmente apetecible para aquellos que han pasado por ese proceso —como es mi caso— o que desean afrontarlo en un futuro.
Esta novela podría resumirse en que la vida nunca sale cómo esperamos y que la historia de cómo se escribió un libro siempre es más larga que el libro en sí. Pero como lo importante no es lo que cuenta, sino cómo lo cuenta, leedla. Santiago Pajares nos da una clase magistral de escritura y de vida.
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