Pasamos de ser niños para convertirnos en adultos cuando dejamos de hacernos preguntas, cuando dejamos de lado la curiosidad. O eso dicen. De ser así, es muy triste, ¿no os parece? Yo, como todavía no sé si he madurado, sigo haciéndome muchas preguntas. Me inquieta mucho el mundo de la ciencia, quizá porque siempre he sido una mujer de letras. Así que mi falta de conocimientos científicos la suplo tragándome documentales y admirando muy fuerte al señor Carl Sagan. Me gusta aprender y leer sobre temas que desconozco por completo, aunque no siempre lo entienda. Mi mente no es muy científica, ya os he dicho. En cualquier caso no pienso perder nunca la curiosidad, en ese sentido quiero seguir siendo una niña toda la vida. Y quiero invitaros, queridos lectores, a hacer lo mismo. Hacerse preguntas es la mejor forma de aprender.
Tengo un sobrino de once años en el que pensé inmediatamente cuando vi este libro. Es un niño bastante atípico al que sólo le interesa la robótica y el mundo de los Legos. Pasa completamente del fútbol y demás chorradas y eso, como tía, me parece genial. Además, siempre ha sido un niño especialmente curioso, un niño capaz de preguntarte por el universo mientras va al cole por las mañanas. Claro, a mí me encantaría tener todas las respuestas del mundo, pero me temo que nunca seré Carl Sagan, así que libros como Un mundo asombroso son una genial respuesta para niños curiosos con ganas de aprender. También es un libro para adultos, no os vayáis a pensar. Dejémoslo en que es un libro para gente inquieta que siempre tiene ganas de aprender.
James Brown (el cantante no, ¿eh?) y Richard Platt son los autores de este libro publicado por la editorial Maeva en su colección Young. Hace poco os hablé de otro libro de la misma editorial que también me gustó mucho y que tuve que regalar al sobrino en cuestión: La línea del tiempo. Un paseo por la historia a través de líneas del tiempo con geniales ilustraciones. Una maravilla.
Un mundo asombroso es un libro igual de interesante con el que aprender mucho. Se trata de un libro muy didáctico en el que aparecen un montón de datos realmente interesantes que encantarán a las mentes más curiosas. En él aprendemos cómo funciona el ojo humano, los números romanos, las formas que hay de hacer un nudo, la clasificación de las nubes o la disposición de una orquesta. Como os decía, datos realmente curiosos. Datos que en ocasiones ni los adultos conocemos.
Yo he aprendido bastante leyéndolo y curioseando sus páginas. Sobre todo en las partes más científicas del libro (que son muchas). Me ha gustado mucho leer y aprender sobre la estructura del átomo, el número áureo o la tabla periódica de los elementos. La mezcla de ilustraciones y textos hacen que este libro sea muy visual y que atraiga irremediablemente nuestra atención.
Me parece un libro genial para regalar a niños inquietos y curiosos. Además, es un libro que gustará también a los padres, un libro que podrán compartir y leer juntos y eso es una auténtica maravilla, amigos. Tan importante es no dejar nunca de hacerse preguntas como compartir nuestras inquietudes y lecturas con nuestros enanos.
Todo lo que nos presente opciones para entender lo que nos rodea, bienvenido sea. Lo tendré en cuenta.
Un beso
¡Bien! Seguro que te gusta 🙂