Aquí estoy con otro de esos libros lleno de imaginación que tanto me gustan. Un libro creado para los más pequeños que los adultos disfrutamos casi tanto como ellos. Me encanta la literatura infantil y juvenil, no puedo evitarlo. Además, una vez los leo y los reseño, se los regalo a mis sobrinos para que los disfruten ellos y cuando los han acabado los comentamos. Tenemos un club de lectura de lo más particular.
Las apuestas literarias para niños y jóvenes de la editorial Libros del zorro rojo siempre me han gustado. Son interesantes y valientes, como Un mundo propio. Este libro-arte es obra de Laura Carlin, autora multidisciplinar donde las haya. Sin embargo, este libro es su primer trabajo como escritora e ilustradora. Para ser su primera incursión en el mundo literario no le ha quedado nada mal. Cuando se tiene talento los resultados suelen ser así de buenos.
¿Por qué los llamo libro-arte? No es que quiera yo inventarme otro género, pero es que hay libros que no sé bien dónde clasificarlos. Y éste es uno de ellos. Laura Carlin utiliza tantas técnicas y materiales para ilustrar el libro, que no puede ser otra cosa que un libro-arte. Desde dibujos realizados a lápiz y acuarela, pasando por la técnica del collage y la fotografía. Además, utiliza materiales muy típicos que los niños reconocerán muy bien, como piedras, cartón y demás objetos reciclados. Como veis, la autora realiza un ejercicio de ilustración muy original y divertido y muy enfocado al público infantil. Una manera de conectar con los niños a través del arte. Guay, ¿no?
Pero además de la parte artística Un mundo propio nos ofrece mucho más. Principalmente, este libro nos da alas, nos empuja a fantasear, experimentar y recrear otros mundos. Hoy en día, con tanto niño pegado a los móviles y las tabletas, encontrar libros que les inviten a imaginar y viajar solo con la mente es una necesaria maravilla.
Básicamente, el juego que nos propone este libro es el de inventar nuestro propio mundo. Se trata de observar la realidad que nos rodea y tratar de imaginar cómo nos gustaría que fuera nuestro mundo. No solo descubrimos el mundo que Laura Carlin ha creado para ella, sino que nos invita a crear el nuestro. Por ejemplo, ¿cómo os gustaría que fuese vuestro despertador? Seguro que también estáis hartos de las típicas alarmas. ¿Qué tal despertar con un aullido en la selva? Puestos a imaginar, crear la casa que nos gustaría para nuestro mundo propio es otra de las actividades que nos propone. Mucho más divertido si para salir de casa tenemos que usar un tobogán, ¿verdad? Imaginar el barrio, los vecinos, sus tiendas, fábricas y escuelas y hacer un mundo a nuestra medida, hecho con las cosas que nos gustan. Da igual lo surrealista e insólito que sea: es nuestro mundo y podemos hacerlo como queramos.
Un mundo propio, aparte de ser muy entretenido, es un libro lleno de imaginación. Y como ya os he dicho, la imaginación nunca está de más, da igual si somos adultos. A todos nos encantaría, aunque sea por un tiempo, imaginar y crear nuestro propio mundo.