Un ojo siempre parpadea, de Miguel Carcasona
Título: Un ojo siempre parpadea
Autor: Miguel Carcasona
Editorial: Tropo Editores
Páginas: 140
Es curioso el título del libro: Un ojo siempre parpadea. Pero es curioso y extraño antes de leerlo. Una vez terminada su lectura crees comprenderlo. Diez relatos cortos. Diez momentos de vida. Diez miradas. Diez parpadeos.
Siempre les digo que no me gustan los libros de relatos cortos pero siempre que vengo a hablarles de alguno les digo lo mucho que he disfrutado con su lectura, lo cómoda que me he sentido mientras los textos me llevaban a finales insoñables; leyendo mientras bebo, ya saben, con los relatos o cuentos nunca té, no me pregunten el motivo, siempre con una copa en la mano, generalmente vino, en este caso un buen Somontano, el momento, la editorial y el autor lo requieren. Y siempre la noche…
Oscar Sipán, que uno de los editores de TROPO, es además un maestro del cuento o relato corto, así que si edita este libro de relatos he de dar por supuesto que el nivel ha de ser muy alto. Y lo es.
Leí el libro ya hace unos días, como suelo hacer con este tipo de historias, y aunque fue una lectura continua, me he retenido de hacer antes la reseña para ver como funcionaba una vez pasados esos primero momentos, esas sorpresas en las vidas ajenas, actos de los que soy una mera observadora, yo no decido, tampoco juzgo. Funciona. Algunos siguen hoy en mi memoria.
Nada había leído antes del oscense Miguel Carcasona, pero como me mantengo informada de lo que pasa a mi alrededor, sé que ha sido laureado en varios premios importantes tanto por relatos cortos como poesía.
A los poetas se les nota que lo son por su forma de escribir, pero yo diría que sobre todo se les nota por la forma de ver la vida, o más que de verla, de enfocarla, para eso parpadea el ojo, para enfocar, y en este caso el autor, con una visión muy personal y muy masculina, nos cuenta historias que han pasado por su vista, reales o no, que ya todos sabemos que la mente del poeta-cuentista es truculenta, y sobre todo concisa y concreta.
Susana Hernández
No nos dijiste de que habla el libro
Son relatos cortos que nos muestras retazos de vidas impregnados de algunas dosis de injusticia y quizá algo de amargura. Nos muestra el autor un mundo que cada cual puede ver desde el punto de vista de cualquiera de los personajes. En fin, Jhonathan, intentaba hablar de mis sensaciones para no romper el encanto y la sorpresa que deben tener este tipo de lecturas.
Un saludo
Pues fíjate querida Susana que a mí los relatos cuando son buenos se encuentran entre los libros que me han dejado un poso inolvidable y muy reconfortante. Puede que sea porque se pueden leer como dices por la noche empezando uno y acabándolo, no dejándolo a mitad como sucede con la novela o cualquier otro género.
Me pasó con Alice Munroe, y ahora más reciente con uno de Soseki.
Así que si son buenos como dices, que incluso te hace prescindir del té y te piden utilizar el buen vino como aderezo, es porque de alguna forma quieres prolongar el disfrute, aunque sean con unos grados, jajaja.
Esto es muuuuy buena señal. Me alegro de que los hayas traído.
Y tienes razón!!! A pesar de que en muchas ocasiones me habían contado que los cuentos tiene finales felices, hay algunos de los que últimamente he leído que se están convirtiendo en mis peores pesadillas jajajaj así que fíjate si los encuentro interesantes, pero en ocasiones al volver a tener uno en mis manos, me vuelve a dar pereza. En este caso, hablamos de historias literariamente estupendas. Ah, y ese vinito…!
Un abrazo !