¿Quién no ha querido en algún momento de su vida huír solo unos días muy lejos?, ¿quién no ha soñado en alguna ocasión con estar en el mismo sitio que los personajes de su libro favorito?, ¿ver las montañas escarpadas y nevadas que ellos ven?, ¿andar por las transitadas calles por las que ellos caminan?, ¿oler el salitre del mar por el que ellos navegan?, ¿sentir el azote del viento o los rayos del sol en el rostro al igual que ellos lo hacen? En definitiva, ¿quién no ha querido viajar al interior de su libro favorito y experimentar lo que sus protagonistas sienten a lo largo de la historia? Todo esto lo ha hecho Sylvain Tesson en su último libro Un verano con Homero, en el que como el propio título deja prever, nos hace partícipes de las reflexiones que le surgen tras pasarse un verano en la Isla de Tinos, perteneciente a las Cícladas, releyendo y viviendo los libros más famosos de la historia clásica: La Iliada y La Odisea.
El libro está dividido en nueve capítulos —que a su vez están subdivididos en 65 episodios— en los que comienza buscando una explicación al origen de estos misterios.y situándonos en la geografía homérica, para luego empezar a desglosar La Iliada primero y La Odisea después. Tras analizar los dos poemas épicos ahonda en los protagonistas de ambas historias: héroes, hombres y dioses, para luego poner el foco en el papel de la guerra en el mundo y de la hibris o perra rabiosa, que vendría a ser la imprudencia del ser humano y su falta de contención, raíz de todos los problemas en el mundo. Para acabar, Tesson hace un análisis ya más literario sobre el estilo de Homero en ambos poemas.
A lo largo de todos estos apartados el autor realiza dos funciones, una didáctica en la que explica el argumento de ambas obras con la inclusión de algunos extractos o cantos de ellas; y una segunda más reflexiva en la que desmenuza las lecciones que podemos sacar de estos poemas épicos.
En esta especie de ensayo que ha escrito Tesson, destacan especialmente sus disertaciones sobre el motivo por el que estas obras tan antiguas siguen siendo hoy tan actuales. Reflexiona sobre cuáles son las claves de estos textos para que al leerlos más de 2.500 años después podamos seguir viéndonos reflejados en ellos; nosotros y el mundo en el que vivimos. El autor incide en que ambos libros son una guía sobre el papel del ser humano en este mundo y trata de entender por qué encontramos tantos puntos en común y por qué la historia se repite continuamente. Esto hace que releer estos clásicos sea asignatura obligada de cada nueva generación para comprender el mundo en el que se desenvuelve, la vida, a sí mismo y a su semejantes.
El poema homérico es imperecedero, porque el hombre, si acaso, cambió de vestimenta, pero sigue siendo el mismo personaje, igual de miserable o de grandioso, igual de mediocre o de sublime, ya vaya ataviado como un guerrero en la llanura de Troya o espere el autobús bajo una marquesina del siglo XXI.
Tesson utiliza un estilo lírico y evocador que logra transmitir la pasión que le produce la obra de Homero. Esto es un arma de doble filo, por un lado hace la lectura más especial y atractiva, pero por el otro la hace más lenta. Es un libro que hay que leer poco a poco para asimilar todo lo que contiene. No obstante, merece muchísimo la pena porque funciona tanto de introducción y resumen para todos aquellos que aún no se han atrevido con las obras de Homero; como a modo de acicate para releerlas con una mirada nueva, parándose a meditar en algunos de sus pasajes sobre lo que se puede trasladar a la época actual.
A pesar del carácter didáctico de Un verano con Homero, como cualquier otro ensayo nos muestra la visión del autor sobre el universo homérico. El punto de partida son los dos poemas del escritor heleno, pero la tesis de Tesson es la defensa de los valores clásicos y los modos de vida antiguos por encima del estilo de vida actual encarnado por la tecnología y su innegable protagonismo en nuestro día a día. Aunque este alegato puede resultar un tanto trillado, no resta un ápice de interés a un libro breve pero intenso y poderoso, lleno de pasajes evocadores que incitan a acercarse a las dos obras más populares de los inicios de la civilización, a la vez que hace un sentido homenaje a dos manuales que a pesar del paso del tiempo nos siguen enseñando a enfrentarnos a los problemas actuales y que pueden gustar tanto a aquellos que por miedo aún no se han atrevido a acercarse a la obra de Homero, como a aquellos que, al igual que el propio Tesson, admiran profundamente su gran legado.