Leer libros de divulgación, a esta altura de mi vida, me parece el mejor camino para aprender; si bien sospecho por qué en los centros educativos del mundo se sigue con los mismos sistemas caducos, no puedo evitar sentir enfado al imaginar lo bien que les vendría a tantos millones de chicos tener la posibilidad de acercarse a este tipo de libros que, de forma amena y clara, enseñan tanto y tan bien. El mundo sería mejor si empezáramos creciendo así.
Tras haber disfrutado mucho de En casa, una breve historia de la vida privada, me puse a buscar qué otros libros tenía editados en español Bill Bryson, su autor. Y fue cuando me enteré de la existencia de Una breve historia de casi todo. La espera del cartero se hizo eterna, pero una vez recibido el paquete, todo lo que siguió fue leer. Y aprender. Y sorprenderme.
Una breve historia de casi todo consigue resumir en apenas 500 páginas las ideas fundamentales de varios temas diversos pero claves en la historia de todo lo que somos, tales como la física, la química y la geología; lo hace, como en el anterior libro, de una manera divertida, clara, atractiva y llena de ejemplos que nos dejarán con la boca abierta más de una vez.
Este libro es un no parar de datos sorprendentes de esos que todo curioso no podrá evitar marcar y repetir luego a todo aquél con el que se encuentre. Una vez terminado el libro, a uno le entran ganas de releer las decenas de páginas subrayadas para asombrarse una vez más. Ya desde la introducción del libro, el autor te atrapa con frases tales como “si tú mismo te fueses deshaciendo con unas pinzas, átomo a átomo, lo que producirías sería un montón de fino polvo atómico, nada del cual habría estado nunca vivo”
La sensación que se fue apoderando de mí, página tras página, fue la de confirmar la increíble suma de casualidades que tuvieron que darse a lo largo de millones de años para que hoy estemos aquí, yo escribiendo y los visitantes de esta página, leyendo. Que habitemos sólo en una de las 14.000 vías lácteas existentes y que desde el origen de todo tras el Big Bang se hayan ido acumulando las medidas exactas de los diversos materiales necesarios para crear vida, resulta cuando menos fabuloso y al mismo tiempo sobrecogedor. Que dependamos del equilibro de varios elementos y que la alteración mínima de alguno de ellos derive en el fin de la vida y que sin embargo todo siga igual para que sigamos estando aquí, genera escalofríos.
A lo largo de 30 capítulos, Bill Bryson irá desarrollando diversos temas que van desde la construcción del sistema solar, los debates sobre el tamaño de la tierra o la definición y función de los átomos, pasando por la constitución del interior de la tierra y los mares y los cielos, para llegar finalmente a la evolución de las especies y las luchas descarnadas entre los científicos de todos los tiempos para que sus ideas, al principio descartadas, finalmente se conviertan en teorías dominantes.
Al igual que En casa, El autor se toma su tiempo para contar sus historias y va mechando datos impactantes (cuando dos bolas de billar chocan entre sí, en realidad no chocan… lo que sucedes es que los campos de las dos bolas que están cargados negativamente se repelen entre sí) con detalladas biografías de los diversos científicos que hicieron del mundo de hoy algo más comprensible. Ocurre entonces, como con cada libro de divulgación interesante, que el libro entre tus manos resulta ser el puntapié inicial para acercarse a otros a través de los cuales profundizar en temas específicos. Bendito problema.
Recomiendo encarecidamente la lectura de este fabuloso y curioso libro: hay mucho que aprender allí afuera.