No podéis decirme que el título de este libro no es realmente llamativo y original. Antes de leer siquiera la sinopsis yo ya tenía claro que quería leerlo para descubrir qué tenía que contarme esta novela con un título tan sugerente. ¿Que si me gusta Bob Dylan? Claro, cómo no. Creo que ya he reivindicado y manifestado por aquí que Dylan es un poeta y que para mí, independientemente de que no me gusten demasiado los premios Nobel (o quizá por eso), me parece un galardón totalmente merecido. Sí, Dylan también es poesía. La poesía admite muchas formas, amigos.
Una canción de Bob Dylan en la agenda de mi madre es obra del escritor peruano Sergio Galarza. Autor también de La soledad de los aviones o la premiada trilogía Paseador de perros, JFK y La librería quemada, entre otros. Sergio ha colaborado en revistas de prestigio y ha sido incluido en varias antologías. Con su última novela, la que hoy nos ocupa, ha obtenido gran éxito y buenas críticas en países como Perú y Chile.
Me gustan los libros purificadores, los libros que sirven para curarse el alma y ajustar cuentas con uno mismo. Libros en los que el duelo es una fuerza capaz de exorcizarnos. Son libros extremadamente duros, claro, pero siempre encuentro una recompensa en ellos. Será porque el duelo compartido es menos duelo o porque una aprende a curarse leyendo a los demás, como me ocurrió también con El duelo es esa con alas, de Max Porter.
En Una canción de Bob Dylan en la agenda de mi madre, el duelo se presenta a través de las memorias del propio autor. El cáncer que mató a su madre, ese que ella misma se empeñó en ocultar hasta que las evidencias se manifestaron ante todos, es el punto de partida de esta novela. Desde ese punto tan doloroso, Sergio reconstruye la biografía de su madre, sus memorias y recuerdos. Doris Puente, una madre al servicio de su familia y de sus hijos. Una madre entregada a su carrera de abogada y a sus pasiones, entre las que también se encontraba escribir. Una relación materno-filial incondicional y entregada, pero también difícil y llena de sobresaltos.
En el último viaje que Doris realiza a Madrid para visitar a su hijo, cuando ya sabe que está enferma y que no le queda mucho tiempo de vida, ambos tratan de reencontrarse después de tanto tiempo separados, no sólo física, sino también emocionalmente. Ella anotará en su agenda sus impresiones y sus vivencias en ese último viaje juntos. Unos apuntes que más tarde Sergio encontrará y que le servirán para reconstruir la historia de su madre y su propia vida. Y entre esas pequeñas anotaciones escritas a mano por su madre, Sergio encuentra copiada la letra de Blowing in the wind, de Bob Dylan y es como mirar a los ojos a su madre, tan conocida y desconocida al mismo tiempo.
Como os decía antes, Una canción de Bob Dylan en la agenda de mi madre es una novela dura y muy emotiva. El retrato íntimo y genuino de una madre auténtica, apasionada e infinita, como son todas las madres.