Reseña del cómic “Una carta para Yodo”, de Jim Bishop
Este pasado sábado, por fin, encontramos un ratito en casa para leer un cómic en familia. La elección del título corrió a cargo de los pekes, que apostaron esta vez por Una carta para Yodo, de Jim Bishop. Fue un poco como ir al cine: sin darnos un descanso ni para ir al baño, dejamos que sus páginas se proyectaran sobre nuestras retinas de una sentada. Y es que, en lo visual, es espectacular: super colorido y con un dominio absoluto de la perspectiva, algunas de sus splash page son de esas que gusta mirar como un póster. Es un acierto el tamaño del cómic, porque es grande, pero sin que se te caiga la mano. Así puedes apreciar los detalles y volver a la contemplación estética una y otra vez.
Una carta para Yodo sigue un planteamiento sencillo: un adolescente enfrentado a su padre decide dejar de esperar la vuelta de su madre exploradora o la carta, que le diga dónde está. Toma la iniciativa y se decide a buscar esa carta que en su polisemia en español significa misiva pero también mapa. El arquetipo de la búsqueda de la madre, ya sabes Edipo Rey o Marco, representa en esta historia la negación del chaval para reconocer su evidente ausencia.
Pero atención, porque su trama tiene una sorpresa, de esas que dan un vuelco a toda la historia. Y no digo más, que no quiero pisar territorio spoiler. De todas formas, lo mejor son sin duda sus personajes, a los que les coges en seguida cariño. Empezando por “Peli”, el pelícano, amigo inseparable de Yodo: ¿Quién no ha soñado alguna vez con una colega de aventuras así? También está “hermanita”, una chica misteriosa con un maletín, a la que Yodo encuentra haciendo autoestop, o “Cipri”, un pez policía algo torpe que busca ascender y no hace más que hundirse, metiendo siempre la pata (o la aleta).
Como en El viaje de Chihiro y otras tantas geniales películas de Miyazaki, la obra de Bishop te abre las puertas a un mundo lleno de fantasía. El realismo mágico y la personificación de animales o de otras categorías existenciales, permite profundizar en el ámbito emocional o moral sin limitarte a etiquetas asociadas a rasgos humanos. Las relaciones entre personajes amplían su potencia exponencial en esta interrelación extramundana.
Aunque Una carta para Yodo es un cómic fantástico de aventuras, tiene un toque de ciencia ficción apocalíptico, donde los humanos han destruido el fondo del mar, haciendo imposible la vida en él, y la tecno-ciencia transforma a los animales marinos para que puedan vivir en la superficie. Una excusa más para pensar y hablar del poder destructivo de nuestra especie, del cambio climático y del papel de la ciencia de la supervivencia del planeta. El cómic, sin embargo, no se queda ahí y aborda otros temas, algunos de ellos difíciles. Trata de la pérdida de un ser querido, del duelo, porque, como decía hace poco, La vida es dura (HIPERVÍNCULO cuando se publique). Trata incluso del suidicio, que, como dice el autor de El extranjero, es el principal problema al que deberías enfrentarte (y no qué color de móvil compro).