Seguro que a lo largo de vuestra vida habéis leído libros que os han enamorado. Libros que nunca olvidaréis. Libros que habéis devorado y, cuando llegásteis al final, queríais más. Necesitábais continuar esa historia cuanto antes.
Pues eso mismo me pasó a mí con Una corte de rosas y espinas, una novela imprescindible y esencial para todo aquel que ame los retellings y la literatura fantástica. De hecho, cuando llegué al final no quería dejar atrás todo ese mundo de mortales e inmortales: Prythian, las cortes, los altos fae e incluso las criaturas demoníacas. No estaba dispuesta a esperar. Así que, me hice con un ejemplar de Una corte de niebla y furia, segunda parte de la saga escrita por Sarah J. Maas. Y sobre este libro vengo a hablaros hoy.
Si el primer volumen ya me resultó adictivo y maravilloso, esta continuación me ha dejado exhausta. Si el primer volumen me dejó claro que iba a ser casi imposible encontrar otro libro que lo superase, esta continuación me ha demostrado que sí, que la perfección se puede alcanzar.
Entonces, ¿cómo se encuentra Feyre después de todo lo que pasó? Ciertas cosas que tuvo que hacer por amor le han afectado en gran medida dañando su alma y su conciencia. Día tras día pesan sobre ella esos recuerdos que no le permiten disfrutar de su nueva vida junto a Tamlin. Además, Feyre, que sufrió y luchó para resurgir de sus cenizas como el ave fénix, ahora es una inadaptada. Ella ya no es esa chica mortal que una vez fue. Y encima teme el momento en el que Rhysand la reclame y su trato se lleve a cabo.
Por lo tanto, la Feyre que tenemos al inicio de esta novela es una Feyre atormentada y destrozada, que no puede respirar en esa lujosa jaula en la que se ha convertido la Corte Primavera para ella. Y tendrá que indagar dentro de su propio ser, preguntarse lo que jamás pensó que se preguntaría. Ser valiente para ser ella misma y dejarlo todo atrás para defender Prythian y a la humanidad, porque se avecina una guerra y ella puede convertirse en un arma primordial.
En esta ocasión tenemos una novela que se desliga completamente de La Bella y la Bestia para rozar con los dedos el mito de Hades y Perséfone, una delicia para los apasionados de la mitología griega como yo.
Una novela que considero mucho más íntima y oscura que la anterior, con mucha más acción. Una continuación que indaga en el interior de Feyre, que nos muestra su evolución, su independencia, su autosuficiencia para defenderse, su valor para dejar atrás esa relación tóxica en la que se ha convertido su historia con Tamlin.
Además, me ha gustado mucho que el libro esté estructurado en tres partes ordenadas y diferenciadas, a cada cual más trepidante, donde podemos observar distintas etapas y momentos del desarrollo de Feyre, donde volvemos a deleitarnos con la pluma de la autora, que nos obsequia con giros sorprendentes que nos dejan sin respiración. Una montaña rusa de sensaciones que nos regala Sarah J. Maas y que hace que no podamos parar de leer. Una prosa que sigue siendo magistral, sutil e intensa, seduciéndonos poco a poco para que perdamos la cabeza por Prythian y por sus habitantes.
En concreto, al menos en mi caso, por Rhysand. Sexy, masculino, astuto, odioso, terrible. No sé, es como Maléfica, pero en hombre, ¿no? Aunque en esta novela podemos conocer su lado más auténtico, con un pasado, con sentimientos.
Por eso, aunque la gran protagonista sigue siendo Feyre, pienso que el alma de esta novela es Rhys. Él es lo que convierte a este libro en una adicción. Porque Rhys es todo aquello que sabemos que no nos conviene, pero a lo que no podemos evitar engancharnos. Porque Rhysand es un espejo que nos muestra la realidad, lo que no queremos ver, lo que nos negamos a nosotros mismos, lo que lucha por salir, lo que intentamos esconder al mundo, lo que de verdad somos y sentimos.
Porque muchas veces nos hacen creer que es mejor mantener dormido nuestro propio despertar por el bien de otros, pero debemos atrevernos a quitar el velo que cubre nuestros ojos. Solo así podremos descubrir nuestra verdadera identidad, nuestra auténtica fuerza y poder.
En resumidas cuentas, Una corte de niebla y furia me ha hecho disfrutar más aún que su predecesora. Creo que Sarah J. Maas se ha superado con creces, pues ha hecho que la experiencia a través de los ojos de Feyre sea única. Y lo mejor es que esto no acaba aquí, pues la tercera entrega está deseosa de que le hinque el diente. Y yo, como comprenderéis, no le voy a decir que no.