Es bastante curioso cómo algunos libros tienen la capacidad de absorbernos por completo, hasta el punto de quitarnos horas de sueño para hacernos soñar de otra forma mucho más bonita, tan solo leyendo sus páginas. Libros cuya publicación esperas durante meses, incluso contando los días, para conocer su continuación o para saber qué nos tiene preparado el autor en cuestión.
Sarah J. Maas es de esas escritoras que han pasado a formar parte de esta pequeña lista para mí. Desde que leí Trono de cristal, sabía que esta joven autora tenía algo especial. Y es que, ya no solo se trata de su manera de escribir, que te atrapa por completo, te hace sentir y te traslada a mundos de fantasía a los que a todos nos gustaría viajar, sino que tiene una forma de construir personajes (sobre todo, sus personajes femeninos) con carácter y personalidad, que no se dejan amedrentar por cualquier cosa y que son capaces de defender sus derechos y los de su alrededor hasta en las situaciones más difíciles.
Algo así es lo que ocurre con Feyre, la protagonista de esta saga que comenzó con Una corte de rosas y espinas, un retelling de La bella y la bestia situado en un mundo en el que los seres humanos conviven con seres inmortales, alojados en reinos llenos de magia y belleza, pero también de crueldad y oscuridad. Un personaje que, desde que fue presentado en esta primera parte, me ha demostrado su fortaleza, valentía y su enorme capacidad de adaptarse a cualquier situación y plantar cara de frente a los problemas. Me encanta que haya personajes así en las novelas juveniles, porque creo que ya ha llegado el momento de decir adiós a las princesas que desean ser rescatadas para dar paso a mujeres fuertes e independientes capaces de salvarse a sí mismas.
Pero volvamos a la novela que nos ocupa. Una corte de niebla y furia comienza con las consecuencias de la derrota a Amarantha, la creciente amenaza del rey de Hybern por controlar todos los reinos y el “encarcelamiento” de Feyre como medida de precaución y protección por parte de Tamlin, alto Lord de la Corte Primavera.
Si la primera parte me pareció bastante introductoria y con escasos momentos de acción (excepto los últimos capítulos), la segunda me ha parecido todo lo contrario. Desde el principio nos encontramos con muchas sorpresas, traiciones y con bastantes capítulos repletos de acción. Además, conocemos a personajes secundarios que tienen mucho que aportar a la historia y descubrimos más sobre Rhysand, alto Lord de la Corte Noche, y su misteriosa relación con nuestra protagonista. Una relación imprevisible y llena de altibajos y sorpresas que se va construyendo a medida que avanza la historia y que se van conociendo mutuamente los personajes. Es increíble la química que existe entre ellos y la manera que tiene de traspasar las páginas, puesto que tiene la capacidad de dejarme con una sonrisa en los labios y con los nervios de punta.
Una corte de niebla y furia es una historia trepidante que, a pesar de su extensión, se lee rápidamente y se disfruta de principio a fin. A pesar de ser vendida como un retelling de La bella y la bestia, en esta descubrimos sus muchas diferencias y la originalidad que aporta su autora. Uno de sus puntos fuertes no solo es el personaje de Feyre, del que os he hablado anteriormente, sino que también lo es el de Rhysand. Un personaje sensible, implicado y valiente por un lado, y seductor y misterioso por el otro, que se está convirtiendo en uno de los personajes más interesantes que he descubierto dentro de la literatura juvenil.
Sarah J. Maas recrea, a través de esta historia, un mundo mágico y lleno de trampas, aventuras, traiciones y verdades a medias, muy bien construido y con personajes bastante bien desarrollados en los que profundiza y con los que he disfrutado a lo largo de las más de quinientas páginas (con algunos más que con otros…). Eso sí, esta autora es experta en hacernos sufrir. El final de esta novela me ha dejado, literalmente, con la boca abierta y muerta de ganas por leer su continuación. Y, desgraciadamente, aún nos queda mucho por esperar…
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