Una corte de rosas y espinas, de Sarah J. Maas

Una corte de rosas y espinasÉrase una vez una mujer que dejaba pasar una y otra vez un libro. Y le tenía ganas, muchas ganas. Reunía todo lo que a ella le gustaba: fantasía, acción, amor, pasión, magia y una protagonista fuerte y luchadora. 

Sin embargo, otros libros y otras obligaciones ocupaban su tiempo. Hasta que un día no lo pudo soportar más y se rindió a él. Por fin.

Esa mujer soy yo. Y el libro es Una corte de rosas y espinas, de Sarah J. Maas. Una historia con peso, con renombre, de las que no se olvidan. Un mundo dividido en mortales, que viven al sur del muro, e inmortales, que viven al norte, en Prythian.

Feyre es una mortal que no sabe mucho acerca de esas otras criaturas, solo que son despiadadas, terribles, y que comen humanos si les apetece. Es lo que ha oído, lo que se dice. No obstante, cuando Feyre mata a un lobo que resulta ser un inmortal, una bestia aparece en su casa y en lugar de matarla, la obliga a acompañarle a su hogar en Prythian. Así, Feyre descubrirá que ese inmortal llamado Tamlin es solidario y generoso, que tiene piedad. Y cuando el monstruo adquiere forma humana, la joven comenzará a experimentar una atracción que nunca antes había sentido.

¿Alguna vez habéis creído algo a ciegas solo porque se suponía que era la verdad? A Feyre le pasa eso. Lleva toda la vida haciendo caso a las leyendas, a los cuentos, a las habladurías, a los rumores sobre los seres inmortales y altos fae. Todos ellos diabólicos, malvados. Pero, ¿y si realmente no todos son así?

Feyre va siendo consciente de esto poco a poco según van transcurriendo los días en Prythian. Incluso el hecho de saber que hay una enfermedad que debilita la magia de estos seres y les obliga a llevar máscaras, le hace comprender que hasta los más poderosos son vulnerables y pueden tener miedo.

Ella es nuestra narradora, por lo que de esta forma nos introducimos completamente en la mente y el cuerpo de la chica y así podemos vivir todo en primera persona. Algo que a mí me fascina porque es cuando mejor me lo paso, ya que este estilo narrativo permite al lector disfrutar al máximo.

Feyre es un personaje con el que es muy fácil conectar desde el primer minuto porque es responsable y saca a su familia adelante aunque tenga que arriesgar su propia vida. Es una Cenicienta con dos hermanas demasiado preocupadas por la belleza y la fortuna que han perdido y un padre ausente que no quiere ver la realidad que les ha tocado vivir. Pero Feyre no es una Caperucita desvalida. Ella es capaz de enfrentarse al lobo y ganar, aunque eso tenga unas consecuencias, como ya hemos visto.

Por otro lado, quiero recalcar que la pluma de la autora es extraordinaria. Creo que esta mujer tiene un potencial tremendo, porque desde la primera página consigue que captemos la esencia de ese mundo, la valentía de Feyre, sus miedos e inseguridades, las descripciones de los inmortales, así como la sensualidad y la belleza que emanan los atractivos y misteriosos Tamlin, Lucien y Rhysand.

Es una prosa trabajada, cuidada, que convierte el sexo en poesía. Un estilo que nos regala giros sorprendentes y nos engancha a sus personajes, porque en ellos reside la gran riqueza de esta historia. Todos distintos, únicos, complejos. Con sus virtudes, sus defectos, sus secretos, su pasado y el futuro que les une. Tamlin, Lucien y Feyre. La relación que se establece entre ellos, con sus tira y afloja, es de lo mejor de la novela. Los tres son especiales. Aunque también hay otro que no puedo ignorar: Rhysand. Sibilino y letal. Desde que aparece, nos atrapa en su red.

En resumen, Sarah J. Maas nos obsequia con un inicio de saga fabuloso, trepidante y adictivo. Una novela que, como retelling de La Bella y la Bestia, conserva algunos aspectos importantes y esenciales, pero que logra independizarse totalmente para brillar en un universo feroz, peligroso y llamativo donde habitan criaturas infernales. Un universo donde la inmortalidad no es más poderosa que una maldición. Un reino cubierto de cortes sangrientas, traicioneras y temerosas, marionetas de un espectáculo obligado, peones de un tablero de ajedrez maldito.

Pero, ante todo, Una corte de rosas y espinas es una historia que nos hace reflexionar sobre las creencias más arraigadas, el rencor, el despecho y el odio más profundo por lo diferente. Por eso, debemos salir ahí afuera y nunca subestimarnos, ser dueños de nuestras propias opiniones, ver más allá y luchar por lo que nos dicte el corazón.

 

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