¿Qué harías tú, un tipo corriente, si te enfrentaras a una situación extrema? Por ejemplo, que un delincuente te encañonara y en solo unos segundos tuvieras que evitar que tu vida o la de los tuyos terminara. ¿Tendrías los reflejos suficientes para esquivar el disparo? ¿El coraje de proteger a tus seres queridos a costa de tu propia vida? ¿La fuerza necesaria para tumbar al malhechor? ¿O solo serías capaz de llorar pidiendo compasión? De eso trata esta novela gráfica: de qué haría un ser humano normal si de repente estuviera metido en una historia de violencia. ¿Sería víctima o verdugo? ¿Justiciero, quizá? Porque dicen que quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón, así que supongo que quien mata a un asesino, también. ¿O no?
Reconozco que siento un profundo rechazo hacia la violencia en la vida real, pero que es un tema que me atrae mucho en la literatura y en el cine. Como decía, en el mundo real no la justifico nunca, pero llego a comprenderla en determinadas situaciones, sobre todo cuando es una respuesta irracional a un ataque desmedido o puro instinto de supervivencia. En el caso de Una historia de violencia, que inspiró la adaptación cinematográfica dirigida por David Cronenberg en 2005, el protagonista, Tom McKenna, es un ciudadano ejemplar y un apacible padre de dos hijos, que sale airoso de un robo a punta de pistola en su cafetería. Ha quitado de en medio a un par de asesinos, ¿quién va reprochárselo? ¡Es un héroe! Pero como la violencia siempre tiene consecuencias, incluso peores que las que se trataban de evitar, ese acto en defensa propia convertirá su vida y la de su familia en una pesadilla.
En esta novela gráfica, escrita por John Wagner y dibujada por Vince Locke, personas comunes ven cómo, un día cualquiera, sus vidas se desbaratan por estar en el lugar equivocado. Nos podría pasar a cualquiera, y eso es lo mejor, y más aterrador, de este planteamiento. Por eso es fácil empatizar con los personajes, comprenderlos. Una historia de violencia crea una atmósfera opresiva, en la que el peligro acecha a los protagonistas y nadie, ni siquiera la policía, puede acudir en su ayuda. ¿Qué hacer cuando la violencia parece la única salida para volver a vivir en paz? ¿Cómo se defiende una familia normal de un grupo de asesinos sin escrúpulos?
Parece que hay muchos caminos que llevan a la violencia y muy pocos para huir de ella. Por eso me parece un acto tan abominable. No querría verme en la piel de Tom McKenna y su familia, pero, literariamente hablando, me ha parecido una historia muy sugestiva. Si tu vida está en juego, ¿todo vale? Si hacen daño a los tuyos y tú se la devuelves, ¿es venganza o justicia? ¿La violencia, según sobre quién se ejerza y por qué, tiene justificación? La lectura de Una historia de violencia me ha hecho plantearme un sinfín de preguntas, pero sigo sin respuestas. Así que léelo tú también y debatimos: ¿qué harías tú?