Cuando pensamos en París, por muchas veces que hayamos estado y la conozcamos bien, siempre nos vienen a la mente las mismas imágenes: la Torre Eiffel, Montmartre, el Sena, la plaza de la Concordia…
Bien, quiero adelantaros que no encontraréis nada de eso en Vernon Subutex 1, la última novela traducida al español de Virginie Despentes. La novela de Despentes, como todas sus obras, tiene poco que ver con esa Francia romántica de agencia de viajes y exuda sátira, rock y autenticidad por todos sus costados.
Vernon Subutex 1 es una novela coral en la que la autora da voz a una legión de personajes -ricos, pobres, mujeres, hombres, heteros, LGTBIQ, autoproclamados de derechas, de izquierdas, católicos, musulmanes- para conformar un cuadro del París actual. Este cuadro siempre rota alrededor del personaje que da nombre a la novela: Vernon Subutex.
Pero, ¿de qué va Vernon Subutex 1? La novela empieza, por supuesto, con Vernon. Se nos presenta como un ex vendedor de discos en plena decadencia. Con la crisis en la industria de la música, tuvo que cerrar la tienda y, después de varios años viviendo de trabajillos y de la ayuda de amigos, le desahucian de su piso. Cuando los funcionarios del Estado vienen a echarle, Vernon solo puede llevarse una bolsa con algunas de sus pertenencias y, pensando que puede sacar algo de dinero de ello, coge unas cintas de vídeo que Alex Bleach, un famoso cantante que fue amigo suyo, grabó en su casa meses antes de suicidarse. A partir de ese momento, Vernon tira de Facebook y se las ingenia para hacer coachsurfing en casa de conocidos y amistades durante unas semanas.
La genialidad de Despentes reside en que no cuenta la historia siempre desde la mirada de Vernon, sino que cada vez que presenta un personaje nuevo, la autora nos muestra cómo es la realidad a través de sus ojos. Y lo hace de un modo extraordinario. Mediante este recurso, vemos lo que los personajes piensan los unos de los otros, cómo se contradicen, comprobamos que lo que sentimos hacia los demás casi nunca es bidireccional y que la imagen que tenemos de nosotros mismos no suele coincidir con la que el mundo ha dado por válida. Por ejemplo, el mismo Vernon, un tipo que desde sus propios ojos no tiene ningún atractivo ni interés, es, sin saberlo, un gran seductor que se hace querer tanto por hombres como por mujeres, y por qué no decirlo, un tío bastante guapo.
Como he adelantado arriba, por la novela desfilan personajes tan variopintos como reales. De un capítulo a otro, nos encontramos en la cabeza de pijipis burguesas ex adictas a la heroína cuyos hijos se han convertido al catolicismo. Maltratadores de izquierdas. Brokers pasadísimos de coca que encarnan el neocapitalismo más salvaje. Hijas de actrices porno convertidas al islam. Ex rockeros que votan al Frente Nacional. Dependientes de H&M que por la noche juegan a ser neonazis.
Y Despentes consigue que, como lector, no te descuelgues, que la novela siga teniendo un ritmo intenso, acelerado, como una canción punk. Porque Vernon Subutex 1 te arrastra a lo largo de sus más de 300 páginas sin ningún tipo de dificultad: la trama encaja sus piezas a la perfección y el misterio de las cintas de Alex Bleach te persigue, y persigue a un Vernon ignorante de que tiene a media ciudad tras sus pasos, durante toda la novela.
Con Vernon Subutex 1, Despentes se ha marcado una novela compleja, sutil, trágica, humorística, satírica, absurda y tremendamente realista al mismo tiempo. Es imposible no reconocerse en la sociedad que pinta la autora, en sus extremos, en sus crueldades y también en su humanidad.
Vernon Subutex 1 también es una novela que habla de lo que pasa después de la juventud, de cómo una generación se solapa con la siguiente y el peso de la rutina destroza hasta a los más tenaces. Todo salpicado de buena música y dosis ingentes de ironía. Hacedme caso, leed a Despentes, y os quedaréis con ganas de que Literatura Random House traduzca la segunda parte de esta novela (¡porque hay una segunda parte!) ya mismo.