Reseña del libro “Versos de calendario”, de Juan Carlos Martín Ramos
Juan Carlos Martín Ramos ha escrito unas bellísimas poesías y Teresa Novia les ha dado color. Versos de calendario es el resultado, una obra que forma parte de la Colección Orihuela y que la Editorial Kalandraka presenta con estas palabras:
“El paso del tiempo a través de las estaciones, la memoria, lo cotidiano, los libros y la literatura… Versos del día a día para compartir en voz alta en grupo o disfrutar en la intimidad”
Lo primero que te encuentras, cuando Versos de calendario cae en tus manos, es una portada en tonos azules, que te provoca una agradable sensación de bienestar, con esa casita en forma de reloj de cuco al que un ave ha robado las manecillas. Te llenas de energía positiva y empiezas a pasar páginas. En la primera de ellas encuentras otra casa de cuya chimenea brotan hojas otoñales. El año estacional ha dado comienzo.
En Versos de calendario hasta el índice sorprende, porque está distribuido en 4 estrofas de 7 versos cada una (lo que le confiere una originalidad que yo no había visto en ninguna otra obra).
“De uno en uno,
Pasan los días en el calendario.
Pasan las semanas, los meses
Y, al final, todo el año.”
Cada poema que encontramos en Versos de calendario narra una historia, y poco a poco vamos avanzando.
En “La punta de la lengua” se nos habla de cómo el abuelo del narrador conservó el dulzor del caramelo que hacía su madre cuando era pequeño, hasta que se mudó al extranjero y al final, el sabor que se le quedó fue el del amargor de los sellos postales.
En “Cómo cantaría una ciudad de noviembre a noviembre” no sólo ruge una ciudad debido al ruido que la rodea, sino que recuerda y tiene presente a Federico García Lorca, porque su título es una frase que él acuñó en su momento.
En “Efemérides” nos invitan, en verso, a disfrutar del día como mejor se nos apetezca, incluso si lo primero que se te ocurre es “hacerte burla en el espejo”.
Una de las poesías de Versos de calendario que más me ha llegado al corazoncito, ha sido “Historia de un maestro”, donde habla de Federico, un profesor que “…enseñaba la tabla de multiplicar sueños y el nombre de los astros en orden alfabético…”. Además, va acompañada de una linda ilustración donde 7 niños juegan al corro alrededor de un árbol.
Pero Versos de calendario es mucho más que todo esto, ¡pero si hasta nos recita un “Dictado”!, uno de esos que el profe lee y los demás escribimos, donde nos dicen las comas, los puntos seguidos y los apartes, y donde una de sus mensajes más importantes es ese que dice “salir al aire libre (que no falte ni una coma)”.
En “La hojarasca” “Se mezclaban versos tristes con relatos de suspense, hojas sueltas de una fábula con escenas de un sainete”.
Cuando llega el invierno podemos leer las “Preguntas de una niña al rey Gaspar” y así damos paso a la Navidad. Luego nos cuentan cuentos, tres para ser exactos, y con ellos llegamos a la primavera y las hojas de Versos de calendario se vuelven verdes, los árboles de las ilustraciones están más llenos de vida que nunca y nos explican las “Mil maneras de leer” que existen (“El final de un cuento para dormir no se lee, se sueña después”).
En este libro de versos tenemos un canto a la lluvia, a Don Quijote, a Sancho, a la música; nos ponemos filosóficos, disfrutamos de la noche de San Juan, del mar y acabamos contemplando las estrellas fugaces al salir de un cine de verano.
Versos de calendario es poesía, sí; pero también es un viaje por el tiempo que transcurre entre las estaciones del año.
Acompaña a su protagonista, que junto a su perro, contemplarán el cielo, soñando que el futuro que está por llegar siempre trae algo bueno.
Versos de calendario, de Juan Carlos Martín Ramos, con ilustraciones de Teresa Novoa, un acierto más de la Editorial Kalandraka, que cómo todas las demás que hasta ahora ha publicado, no puedes dejar pasar.