Vértigo, de W. G. Sebald
¿Cómo comenzar con esta reseña? Se me hizo complicado leer el libro, así que supongo que comentarlo va a ser igual de desafiante. Elegí Vértigo de una pila de libros con la idea de leer sobre coincidencias y cuestiones casi psicológicas, pero a medida que empezaban las páginas me encontré con un argumento diferente que se acerca más al relato que al análisis.
Temo defraudar a quien lea este texto, pues Vértigo me estuvo presionando durante el tiempo que lo leí y me hizo dudar si yo estaba entendiendo lo mismo que el autor había querido explayar en esas páginas. Dudas y más dudas me causó este ejemplar de un escritor que, sin dudas, es muy enigmático y personal.
Por eso trataré de dar lo mejor de mí al escribir estas líneas, porque no estamos frente a una obra lineal sino ante un camino espinoso que requiere de concentración y percepción para entender el mensaje del libro.
Vértigo es un libro que reúne varios capítulos y relata de manera intrigante situaciones enigmáticas que giran alrededor de un personaje. En uno de ellos el narrador hace un viaje personal que lo pasea por diferentes lugares de Europa en un clima de ensueño. Recorre las calles de ciudades antiguas como en una constante búsqueda personal donde combina recuerdos y pensamientos propios. Esta situación se complementa con otros capítulos igual de intrigantes y extraños. Los relatos están acompañados por testimonios documentales de los recorridos: se incluyen fotos en forma de collage entre los párrafos del libro para ilustrar el texto.
Tal vez haya sido la prosa de Sebald lo que más me intrigó de este autor. No se parece a ningún otro autor que haya leído antes. Tiene una forma de escribir especial y trata de incluir muchas ideas en poco espacio. Tiene un estilo muy personal y casi hipnótico que hizo perderme por momentos pero sólo por quedarme pensando en mi interior cómo debería seguir el relato.
Es un autor que sorprende y desorienta para quienes estamos acostumbrados a una literatura más clásica. Sus relatos buscan llevar al autor hacia espacios de propia interpretación. Esta última frase no quiere esconder mis posibles complicaciones para entender este libro, sino que realmente genera una tensión interna para tratar de descifrar el sentido de cada una de las acciones que se nombran en la obra.
El mejor consejo con Sebald es que, quien lo lea por primera vez, se dedique a hacerlo con atención y busque su propio camino en el sendero de ensueño que propone este autor alemán.
Georgina Marrapodi
No he leído “Vertigo”, pero sí “Los anillos de Saturno” y me dejó sensaciones parecidas a las que describes en tu reseña: un libro complejo, muy psicológico, muy intertextual (muy interesante cómo recupera la figura del gran Sir Thomas Browne), poco argumento, muchas ideas y un estilo de escritura muy particular. Es cierto que requiere mucha atención, pero para mí es un gran autor.
Javier
Javier: Si, es complicado en la lectura. Pero claro que para componer esos libros se debe ser un gran autor. Gracias por tu comentario y saludos.