Vida de Tolstói, de Romain Rolland
Se da el caso poco frecuente en esta biografía escrita por Romain Roland de ser a la vez abierta y confesamente devota del personaje protagonista y objetiva. La gran lucidez de la mirada con la que, apenas al año de la muerte del autor de Guerra y paz, Rolland explora cada rincón del alma de Tolstói, incluyendo sus contradicciones y errores sin que por ello se resienta la grandeza de su pensamiento ni por supuesto mucho menos la de su obra, consigue a mi modo de ver exponer el verdadero motivo de la extraordinaria repercusión de Tolstói en su época y aún en la nuestra y que no se explica únicamente ni por su extraordinario talento como escritor, ni por su brillantez como pensador, ni por su bondad como persona: Tolstói es tan grande, tan cercano, precisamente porque tenía contradicciones, porque sus fobias le llevaban a cometer errores de valoración, porque a veces cambiaba de opinión y era capaz de sostener con igual pasión ideas contrarias pasado el tiempo, en definitiva, Tolstói es grande porque es profundamente humano y si fueron sus aciertos y su talento quienes les abrieron las puertas de ese figurado Olimpo en el que la humanidad aloja a sus referentes, fueron sus contradicciones y su pasión lo que le mantuvo y mantendrá para siempre en el lugar que más le habría gustado, a pie de obra, pegado a la realidad y en nuestros corazones.
Cierto es que la influencia de Tolstói en nuestra realidad es más bien escasa y que de su legado más querido, la doctrina de la no violencia, se pueden contar con los dedos de una mano sus verdaderas aplicaciones, e las que únicamente Gandhi (en el volúmen se incluye la correspondencia entre ambos) tiene una dimensión histórica reseñable. Pero no es menos ciertos que leer el pensamiento de Tolstói a día de hoy no tiene un efecto muy diferente en el lector actual del que debió tener en su contemporáneo, o al menos del que tuvo en Romain Rolland, por decirlo con palabras actuales: la sensación de que otro mundo es posible.
Y por supuesto qué decir de las aportaciones a la obra literaria de Tolstói que se hacen en la presente biografía, las referencias que relacionan su vida y su obra, las reflexiones y las citas que, a modo de magdalena de Proust, hacen que el lector rememore los momentos disfrutados con esas obras.
Romain Rolland, quien cuatro años después de escribir Vida de Tolstói ganó el Nobel de literatura, logra una biografía sentida, emocionada. La propia hija de Tolstói, Tatiana, quien también escribió su propia biografía (”Mi padre”), escribió una carta a Rolland en la que le decía:
El mayor elogio que puedo hacerle es decir que estoy segura de que mi padre se hubiera sentido profundamente emocionado por la amplia concepción, y la clara comprensión, que tiene usted, no sólo de su obra sino de su ser. Lloré con frecuencia mientras leía su libro.
Sin embargo, el mayor elogio que puedo hacerle yo es que sus libro logra conectar a la perfección con la percepción y la sensibilidad de alguien que nació 60 años después de que él la escribiera y que no me cabe duda que seguirá haciéndolo con quien venga a este mundo dentro de otros 60. He leído muchas obras de Tolstói y sobre Tolstói y creo poder decir que ésta Vida de Tolstói de Romain Rolland probablemente sea la mejor biografía que de él se ha escrito, no la más extensa ni la más documentada, simplemente la mejor.
Andrés Barrero
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