Vloggers Now 2, de Varios Autores
Hoy en día, como en todo, el mundo de los relatos está experimentando un resurgir que ríanse ustedes de aquello que dijo algún analfabeto que “la lectura es una pérdida de tiempo, está a la baja”. Sí, aunque suene raro, hace poco yo oí una frase como esta y claro, me eché a temblar, no porque fuera verdad, que no lo creo para nada, sino porque no entiendo cómo puede haber alguien que todavía piense que los libros son un valor a la baja, cuando está claro que son uno de los bienes más preciados que tenemos (después estaría algo así como respirar, pero ese ya es otro tema para más adelante). Por eso, interesado porque ya leí y me encargué de hacer la reseña de su primera parte, me sentí en la obligación de leer “Vloggers Now 2” porque a mí, aquí donde me ven, sentado en mi sofá escribiendo estas líneas, siempre me ha interesado lo que me puedan decir autores nuevos, que quizá no sean exactamente escritores, pero que sí tienen algo que contar, que sienten la necesidad de traspasar fronteras y proveernos de historias nuevas, a cada cual más interesante. Se traduce de esto, entonces, que yo leo de todo, que eso es cierto, y que me encuentro de todo, eso también es cierto, pero precisamente por eso, porque tengo la mirada amplia, puedo encontrar en libros fuera del gran público grandes momentos que compartir con vosotros. Y ese es mi cometido hoy, ni más ni menos.
Lo primero que sorprende al leer algunos de los relatos que aparecen en “Vloggers Now 2” es la diferencia, la capacidad de los editores de aunar cuentos de diferente índole y que casen a la perfección con la iniciativa del proyecto. Si vieran ustedes la cantidad de libros que he leído que no tenían ningún nexo de unión entre sus relatos, temblarían (y no de placer, sino del miedo más absoluto). Quizá por eso su lectura se hace más amena, porque precisamente en la diferencia de sus autores está el gusto por las cosas bien hechas, por la vida que se respira a través de las letras, o los dibujos que también los hay, o los cómics que también sirven para contar una historia. En el tiempo en que tardo en escribir esta reseña me vienen a la mente algunos de sus relatos y no puedo más que alabar el gusto de, por ejemplo, Julen Hernández, con su relato de terror invernal, o Anna Gorse y su carta de humor. Qué sé yo, debería hacer como esas labores de disección y empezar a retratar cada uno de los relatos que aquí aparecen, por el simple hecho de disfrutar de ellos de nuevo, pero yo entiendo que eso no gusta, o no es aconsejable, porque si yo os destripara todo lo que sucede, vendríais a por mí como demonios enfurecidos, y eso no lo quiere nadie, ¿a que no? (crucemos los dedos porque así sea).
Underbrain Books existe, por el simple hecho, o eso creo yo, de hacer realidad los sueños de algunas personas. Bien sean lectores o autores, bien sean especímenes de otra galaxia que nos hayan encontrado por casualidad, puede ser que al descubrir algunas de las historias que han editado se sorprendieran. Es cierto, mucho más allá, en un mundo editorial en el que o comes o te comen, aparecen reflejados como si fueran una luz al final del túnel, ediciones como la de “Vloggers Now 2” que nos recuerda a aquellas veces que ibas a la librería y empezabas a mirar, a indagar por las estanterías, sin saber muy bien qué llevarte, y de repente te encuentras este tomo, con sus lomos oscuros, que te llama, tú no sabes por qué, no entiendes la razón, pero lo coges, lo hojeas, y te lo llevas a casa, lo abres y empiezas a devorarlo con fruición. Creo que fue un compañero mío, Diego Palacios, el que dijo en una de sus reseñas que a él le encantaban los cuentos que son breves, que son casi minúsculos, porque sabes que te vas a encontrar otra historia en el siguiente capítulo, completamente diferente. Ahí esta señores, esa es la voz de la sabiduría. Eso es lo que sucede en estas páginas. Empiezas un camino, y acabas cerrando el libro llegando a una meta completamente distinta de la que te habías planteado. No me digan que no es algo extraordinario, ¿verdad?.
Vivir la vida o simplemente respirarla. Uno se pone filosófico cuando acaba las reseñas, ya podéis perdonar. Pero quizá sea eso lo que necesitemos, que alguien nos dé razones verdaderas para seguir respirando el olor de libros nuevos. No sé lo que deparará el futuro, nadie lo sabe, pero lo que sí tengo claro es que son libros como “Vloggers Now 2” los que hacen que, por algún momento sin concretar, merezca la pena respirar la vida una vez más.