De acuerdo, lo voy a reconocer: el mundo de los superhéroes ha vuelto a entrar en mi vida y no hay vuelta atrás. Cuando una idea se convierta en evidencia uno sólo puede hacer dos cosas: o rechazarla o abrazarla. Y yo soy mucho de caer en las tentaciones y, mucho más, si al lado de mi nueva casa he descubierto una tienda de cómics de la que me he enamorado sin remedio alguno. Digo todo esto de antemano porque yo es muy probable que no hubiera leído X-men presenta: Antes de Lobezna 1 si no me hubiera dado una vuelta por mi nuevo santuario y la persona que me atendió no me lo hubiera recomendado. Y es que, a pesar de llevar poco tiempo, él ya va sabiendo cuáles son las historias que a mí pueden gustarme. O al menos, casi todas las historias. Y he de reconocer que, de primeras, miré raro a quien me tendía este cómic como preguntándole si estaba hablando en serio, pero fue empezar a leer lo que se avecinaba y tuve que reconocer, aunque fuera en la soledad de mi cuarto, que tenía toda la razón del mundo. Que, además, esos eran los buenos profesionales: los que te conocen y saben que, aunque pueda parecer raro, algo que no hubieras cogido por tu propia voluntad, te va a gustar incluso más que si lo hubieras decidido tú conscientemente. Porque yo ya dije hace un tiempo que el personaje de Lobezna no era para mí conocido, que no dejaba de ser una mera anécdota en todo este entramado tan vasto – y a veces ininteligible – que es el universo Marvel, pero después de esta historia, yo ya he decidido que se va a quedar conmigo para largo. Espero que sin decepciones de por medio.
La historia de X-men presenta: Antes de Lobezna 1 puede no parecer lo más original del mundo, pero en un mundo donde casi todas las historias ya están contadas, ¿importa demasiado? Tenemos intriga, tenemos acción, hay un misterio que se cierne sobre la protagonista y, lo que a mí me parece más importante, nos pone entrenamos la lucha interna de alguien que ha sido entrenado para matar y su resistencia a seguir ese instinto. Muchos de los que leen estas reseñas pensarán que no tienen ni idea de lo que estoy hablando, pero nada como leer el prólogo o el epílogo de esta historia para enterarse de qué va todo esto de una mujer que es muy parecida a Lobezno, un personaje harto conocido por todos y que no necesita presentación por estos lares. Creo que precisamente por ese concepto de lucha interna es por lo que este cómic me ha acabado gustando tanto. No hay que poner en duda nunca la labor ingente que hay detrás a la hora de elaborar cualquier obra pero, aunque como decía al principio de este párrafo, el argumento creado por Marjorie Liu no sea el más original, convierte en acción y deja al lector con pequeñas migas de pan que, una vez recogidas, darán explicación a algunos de los enigmas que se nos plantean en este primer número. ¿Quién es nuestra mujer misteriosa? ¿Qué es lo que ha hecho cambiar tanto a Laura o, como todos la llaman, X? ¿Podrá controlar en algún momento sus instintos asesinos? Preguntas y más preguntas queridos lectores.
Pero si de algo tengo que hablar detenidamente es del dibujo que ha realizado Sana Takeda. Vosotros pensaréis que a mí los dibujos siempre me gustan y, en términos generales, es cierto. Pero es que me ha sorprendido que el de esta historia me gustase. Sí, como lo leéis. No suelen gustarme los cómics que abusan de la hiperrealidad o que tienden a hacer que los superhéroes se escapen de ese halo de dibujo animado con el que yo he crecido. Es una manía como otra cualquiera, yo lo sé, pero sobre gustos aquí no hay nada escrito. Pero que a mí me haya gustado hace que me plantee que la combinación entre argumento y dibujo es tan importante que, muy probablemente, sin el uno no hubiera habido el otro y que, precisamente por esa conjunción tan perfecta, es por lo que yo he acaba disfrutando como lo he hecho de este primer número. Ahora sólo me queda esperar a tener dinero en mi cuenta corriente para ir a por el segundo que, por si no lo sabéis, estará reseñado muy pronto.