Y tú no regresaste, de Marceline Loridan-Ivens
Título: Y tú no regresaste
Autora: Marceline Loridan-Ivens
Editorial: Salamandra
Páginas: 92
ISBN: 978849837117
¿No te cansas de leer libros sobre nazis, judíos y campos de concentración? Pues verán, ante esta pregunta ahora puedo responder que con libros como Y tú no regresaste, de Marceline Loridan-Ivens, pues no, no puedo no solo cansarme, sino que no me quiero perderme ninguno.
Si, es cierto que mucho se ha escrito sobre la vida en los campos de concentración, que dicho sea de paso, nunca estará todo contado hasta que no haya un libro por cada uno de los muertos que allí quedaron, un libro por cada historia personal, un libro por cada aberración humana, nunca leeremos tanto como tanta realidad, que no ficción, quedó en aquel infierno.
Y es que estamos ante un libro escrito con sangre, con la sangre que bombea un corazón que bordea la última parte de una vida, la vida de una superviviente, y no solo sobrevive a los campos, sino que sobrevive a la misma vida.
Y tú no regresaste no es un libro, es una carta de amor abierta al mundo, son unas memorias desgarradoras en las que descubres que la inocencia puede durar un instante, que puedes crecer en un minuto lo que algunos no crecen en toda una vida.
“Tú podrás regresar, porque eres joven, pero yo ya no volveré”
Estas fueron las palabras que su padre le dijo en el tren que les llevaba a Auschwiz en Abril del 43, ella tenía 15 años, y sabía que debía sobrevivir. Atrás quedaban su madre y hermanos … Y regresar fue tan duro como estar. Y con eso me quedo.
Quien no ve no comprende, luego es inútil explicar, porque no es el hambre, ni el cansancio, ni el miedo, ni la humillación, ni la deshumanización, ni la degradación total, es todo eso pasado que la mente humana no puede soportar y va sin tratamiento alguno, al alma, que es el único lugar que puede resistir, quizá porque puedes llegar a pensar que no existe.
Y después, pasado el tiempo, la vida debe de hacerse intensa para notarla, para notar que la sangre sigue corriendo por las venas, pero es difícil encontrar la medida de sentir esa vida que ya siempre entiendes como prestada, justa o injustamente, prestada, porque ese “tú”, llegan a ser millones, y no puede dejar de pensar que “no regresaron”, y alguna vez hay que perdonarse el regreso, pero es imposible.
Y por todo esto me gustan estos libros, sobre todo los autobiográficos, porque no son libros, son vida y sentimientos, son parte de la verdad, es la carta que Marceline escribe a su padre, porque él no regresó, es la carta escrita a todos los que no regresaron, pero es la carta que deberían haber leído todos aquellos que después debieron compartir sus vidas con los que sí regresaron. Para descargo de todos nosotros hemos de pensar que no se puede comprender aquello que no es comprensible para la mente y el corazón humano. Es una carta bella y honesta, lírica y literaria, que plasma una vida intensa en menos de cien páginas. Es, en definitiva, un regalo para cualquier lector que la tenga entre sus manos.
Susana Hernández
Fantástica reseña, he leído decenas de ellas , pero esta me ha emocionado.
Leeré el libro sin duda.
Gracias, un saludo.
Supongo, José Luis, que los libros que nos hacen sentir fuertes emociones, son, a su vez, fuente de trasmisión del lector. Es un libro que sorprende y emociona en los pequeños detalles, esos de los que nos nutrimos los seres humanos.
Un saludo y gracias por comentario!
Tienes razón, Susana, aunque a veces una se harte de un tema, el tema no se agota nunca, como bien dices, porque la experiencia de cada uno, cuando encima está bien contada y desde el corazón, es un lujo compartirla.
Como me entusiasma lo escrito a modo de carta, me convences fácil: llegaré a disfrutar estas 100 páginas, tal y como nos dices.
Un abrazo.
Sé que eres fácil de convencer, querida amiga, pero en esta ocasión verá que es algo especial, muy especial. Porque lo que se cuenta desde el corazón y la memoria cuando uno ya no tiene nada que perder ni que ganar en la vida, suele ser sincero y emotivo por partes iguales.
Besicos!
Desde luego, queda anotado…me sucede un poco igual…parece que voy a contestar que ya está bien de libros que hablen de los nazis, pero luego me encuentro con bellezas como la que nos muestras hoy, y digo como tú…”no me canso, no”.
Si son autobiográficos es que nos tienen que decir mucho…porque no pudieron despedirse, fueron obligados/as a vivir una vida o a no vivirla…despojados de sí mismos, por lo que eran…por su huella ancestral. En fin…esperemos que el nazismo, no se vuelva a repetir, aunque lleve otro nombre…Y si sucede, tengamos la valentía de combatirlo antes de que se extienda y tome el nombre de destrucción.
Un abrazo y gracias por tan bellos relatos…
Las experiencias humanas son únicas, y es por ello que cada uno de estos relatos es único y no intercambiable. Además esta mujer ha sido una superviviente activa, siempre en búsqueda, acumulando experiencia sobre experiencia, y concretar todo eso en menos de 100 páginas es como hacer poesía, ir al fondo del fondo.
Besicos!
Susana:
se nota que has escrito este libro con el corazón en la mano, me lo llevo anotado en mi libreta. A mi me pasa que digo “ya no más de este tema” pero como bien me muestras, el tema da para mucho, cada persona que lo vivió podría haber escrito un tema diferente. Espero encontrarlo en la FIL. Me has emocionado con tu reseña.
Un beso,
Ale.
Es curioso el diferente efecto que producen los libros en cada uno de nosotros. Libros con los que aprendemos, otros con los que nos entretenemos, otros que emocionan, como este, porque tienen emociones condensadas en su interior…
Espero que las palabras de Marceline lleguen a conmoverte tanto como a mí.
Besicos!