Recuerdo que hace un par de años reseñé otro libro de Raquel Díaz Reguera, que luego regalé a mi sobrina J. y que le gustó mucho. El libro se llamaba Yo voy conmigo y era todo un canto al primer amor, ese tan inocente y puro, y, sobre todo, al amor propio. También he leído de la misma autora, ¿Hay algo más aburrido que ser una princesa rosa?, y también les gustó mucho a mis sobrinos así que el volver a ver estas ilustraciones de Raquel en la portada de este libro, tan suyas y bonitas, me ha hecho especial ilusión. Lo malo es que aquella sobrina que leía los cuentos de Raquel ya anda viendo series como Stranger Things, lo bueno es que aún tengo sobrinos más pequeños que pueden volver a disfrutar de los cuentos de esta maravillosa autora infantil.
En esta ocasión, Raquel nos trae en Yo soy la historia de Martín. No quiero hacer spoilers, pero solo diré que a Martín ya le conocemos de otro cuento de la autora. A Martín le gusta mucho una niña que tiene la cabella llena de pájaros. Martín, por su parte, es uno de esos niños que juega fenomenal al fútbol, que sabe hacer trucos con la bici y que parece mayor que el resto. Vamos, Martín es uno de los niños populares del colegio.
Y claro, sus amigos, populares todos ellos, se ríen de Martín. “¿Cómo te va a gustar una chica tan diferente, tan rarita? No te pega nada”. Martín intenta disimular ese cosquilleo que siente en el estómago y ese temblor de rodillas cuando ve a la niña que le gusta, porque, como todos sabéis, los populares no andan con las niñas raras. Y eso que la niña rarita está cambiando mucho, pero Martín lo único que consigue es adentrarse más en su tristeza.
No quiero desvelaros el final del cuento, porque es una historia que, de verdad, merece ser la pena leída. Solo os diré que Raquel Díaz Reguera vuelve a ser ella y vuelve a enamorarnos a todos con una sencilla historia que esconde uno de los mejores consejos que cualquier niño debería recibir.
Lo dije en Yo voy conmigo y lo vuelvo a repetir ahora, los libros de Raquel deberían ser lectura obligatoria en todos los colegios ya que esconden unos valores valiosísimos que todos deberíamos empezar a inculcar a los más pequeños cuanto antes.
Gracias, Raquel, por tus sencillas historias repletas de verdades y de corazón. Ojalá muchas más historias como Yo soy.